La carpintería japonesa: una lección milenaria para la arquitectura sostenible contemporánea

Publicado el 29 septiembre 2025

La arquitectura tradicional japonesa destaca por su profunda conexión con la naturaleza, el uso de materiales locales y la búsqueda del equilibrio entre estética y funcionalidad. De hecho, en Japón la madera es el material predominante, considerándose el núcleo de la cultura constructiva.

A diferencia de la arquitectura occidental, la japonesa se caracteriza por diseñar edificios flexibles, adaptables y reparables, que tienen un enorme respeto por el ciclo de vida de los materiales. La ligereza de las estructuras, la modularidad de los espacios y el protagonismo de la madera no eran únicamente elecciones estéticas, sino respuestas a un contexto marcado por sismos, humedad y ciclos climáticos extremos. Esta filosofía llevó al perfeccionamiento de un sistema único: la carpintería sin clavos ni adhesivos.

Ejemplo de unión de dos vigas. Imagen: Heartwood Traditional Building

Tsugite y Shiguchi

Los edificios tradicionales japoneses, desde templos y santuarios hasta viviendas, se han levantado utilizando complejas técnicas de carpintería que implicaban a un conjunto de uniones conocidas como tsugite y shiguchi, que permiten ensamblar piezas de forma sólida y precisa sin necesidad de clavos, tornillos o pegamentos. Cada unión se diseña para responder a una función concreta: prolongar vigas, unir piezas en ángulo recto, soportar cargas verticales o resistir movimientos sísmicos.

Lo que diferencia a este de otros sistemas de carpintería es el nivel de precisión y complejidad alcanzado. Las uniones se trabajan con herramientas manuales y ajustadas al milímetro, de manera que las piezas encajan como un puzle tridimensional. Esto permite que los edificios sean desmontables y reparables, manteniendo su integridad estructural durante siglos. Ejemplos como el templo Hōryū-ji en Nara, construido en el siglo VII y considerado la edificación de madera más antigua del mundo, demuestran la eficacia de este sistema.

El kanawa-tsugi es una de las uniones de empalme más emblemáticas y complejas de la carpintería japonesa. Su función principal es conectar dos vigas o pilares alineados para formar un solo elemento continuo, especialmente cuando la longitud de la pieza necesaria supera la de los troncos disponibles o cuando se requiere sustituir una sección dañada sin desmontar toda la estructura. La singularidad de esta unión reside en que combina una doble cola de milano con encajes y cortes que, una vez ensamblados, bloquean las piezas tanto en sentido longitudinal como transversal, e incluso resisten cierta torsión.

Entre sus características técnicas destacan:

  1. Resistencia estructural y antisísmica
    Estas uniones permiten distribuir las cargas de manera muy eficiente, lo que resulta especialmente relevante en el contexto japonés, donde los terremotos son frecuentes. La flexibilidad de la unión absorbe parte de la energía sísmica, evitando roturas frágiles y permitiendo que los edificios “trabajen” junto con el movimiento del terreno.
  2. Desmontable y fácil de reparar
    A diferencia de muchas uniones modernas, este sistema se puede desmontar sin destruir las piezas, facilitando enormemente el mantenimiento, la sustitución de elementos dañados y la adaptabilidad del edificio a lo largo del tiempo. En términos de economía circular, esta característica es fundamental: permite prolongar la vida útil de las estructuras y reducir la generación de residuos de demolición.
  3. Ausencia de materiales externos
    La mayoría de las uniones tradicionales japonesas prescinden totalmente de clavos, tornillos o chapas metálicas. Esto tiene varias ventajas desde el punto de vista de la sostenibilidad ya que se reduce el uso de metales y químicos, facilitando la reciclabilidad y minimizando el impacto ambiental.
  4. Adaptabilidad a nuevas tecnologías
    Hoy en día, la geometría compleja de esta unión puede ser replicada por maquinaria CNC permitiendo así que sea más fácil de replicar de cara a la construcción industrializada. Esto abre la puerta a su uso en proyectos de prefabricación y madera laminada (CLT, GLT), integrando el saber tradicional en la industria de la construcción sostenible contemporánea.
Ejemplo de unión al estilo japonés.

Aplicaciones en arquitectura sostenible

Este sistema es mucho más que una curiosidad histórica: sus principios y ventajas pueden aplicarse con éxito a la arquitectura sostenible actual, especialmente en proyectos que emplean madera como material estructural principal. Algunas aplicaciones relevantes incluyen:

  • Construcción de grandes luces o vigas continuas en edificios de madera, tanto en obra nueva como en rehabilitación, donde se necesita empalmar piezas para cubrir grandes distancias.
  • Sistemas desmontables y modulares, facilitando la economía circular, la reutilización de elementos y la adaptación de edificios a lo largo del tiempo sin intervenciones invasivas.
  • Edificios con requerimientos antisísmicos, aprovechando la ductilidad y la capacidad de absorción de energía de la unión.
  • Proyectos de bajo impacto ambiental que buscan evitar materiales ajenos a la madera y maximizar el uso de recursos renovables y reciclables.

En la práctica, arquitectos y diseñadores occidentales están redescubriendo el potencial de estas técnicas en proyectos de viviendas ecológicas, pabellones temporales o estructuras ligeras entre otros.

Al fin y al cabo, esta forma de construir representa el equilibrio perfecto entre tradición técnica, sostenibilidad y belleza constructiva. Sus propiedades lo convierten en un referente para la arquitectura contemporánea que apuesta por la madera como material estructural. Más allá de su valor patrimonial, el sistema tradicional japonés ofrece soluciones concretas a los retos de la construcción sostenible: longevidad, adaptabilidad, circularidad y bajo impacto ambiental.

Incorporar este tipo de saberes a la arquitectura occidental actual supone enriquecer nuestra cultura constructiva y abrir la puerta a sistemas más responsables, resilientes y duraderos. Y en este momento, en el que la industrialización de la madera y la prefabricación están en auge, este sistema es una fuente de inspiración para el presente y el futuro del diseño arquitectónico sostenible.

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