La certificación B Corp abarca una visión global de la sostenibilidad que implica a todos los agentes sociales
En anteriores ocasiones hemos hablado de la importancia de certificaciones como Passivhaus o BREEAM. Este tipo de certificaciones, por lo general, combinan un elevado confort interior con un consumo eficiente de la energía y de los recursos naturales. También, el uso de materiales ecológicos, la envolvente del edificio, o la gestión de residuos suelen ser puntos destacables en estos reconocimientos. En esta ocasión, vamos a hablar de una certificación que hemos descubierto recientemente: B Corp.
Y es que existen otras certificaciones que, aunque para gran parte de la población sean desconocidas, lo cierto es que tienen una gran importancia. La certificación B Corp se focaliza en ir más allá. Desde la perspectiva B Corp, los problemas más complicados de la sociedad no se pueden resolver exclusivamente a través de los gobiernos o de ONG’s, por lo que es necesario otro tipo de impulso para mejorar la sociedad. Por tanto, ya no trata en exclusiva la construcción del edificio o la gestión de recursos, sino que mide el impacto positivo que llevan a cabo las empresas.
¿Qué es el certificado B Corp?
Este certificado, nacido en 2006 en EE. UU., garantiza que las empresas que lo obtienen se comprometen a cumplir voluntariamente con elevados estándares sociales y ambientales. La importancia de la existencia de empresas B Corp recae en utilizar los beneficios y el crecimiento para lograr un fin mayor: generar impacto positivo. Ya no basta con reducir al mínimo el impacto negativo, sino que B Corp asegura que el negocio nace para mejorar la vida de sus empleados, la comunidad y el medioambiente. Es decir, que una empresa B Corp ha de cumplir con los más altos estándares de desempeño social y ambiental, transparencia pública y responsabilidad empresarial para equilibrar el beneficio con el propósito.
¿Cuál es su misión?
Esta certificación, presente en más de 70 países y 150 sectores, busca que todas las compañías compitan para ser mejores. Para ello, intenta buscar un nuevo modelo de negocio que reinicie el sistema y promueva una nueva economía que beneficie no sólo a la empresa en sí, si no a todo lo que lo rodea. Ya no se trata solo de maximizar el valor económico, si no que se enfocan en otros factores como el ambiental y el social. Pero, lo importante es que, esos tres factores miran hacia todos los agentes de interés: los proveedores, los trabajadores, los clientes, la comunidad…
Movimiento B
A raíz de esta certificación se ha formado todo un movimiento que busca cambiar el sistema económico actual. La visión es que la sociedad no funciona, a nivel global, correctamente, por lo que busca generar un cambio sistémico que resuelva los principales retos sociales, económicos y ambientales. No son solo las empresas las que tienen que cambiar, si no que este movimiento se conforma por los que trabajan, compran, invierten, aprenden, viven, crean, desarrollan… Es decir, por la sociedad en su conjunto.
- En España, existe la iniciativa llamada las Comunidades B (Comunidad B Andalucía, Comunidad B Catalunya y Comunidad B Madrid), que sirve como impulso del Movmiento B Corp desde lo local. Co-lideradas de forma voluntaria por empresas B Corps y otros grupos de interés que promueven la fuerza de los negocios para generar impacto positivo, las Comunidades B crean conexiones, incrementan el impacto positivo, y sensibilizan a la sociedad sobre la economía B.
- También están los impulsores y agentes de cambio, Multiplicadores B, que ayudan en la transición de pequeñas, medianas y grandes empresas hacia un nuevo modelo de negocio con impacto positivo. A través de la herramienta Evaluación Impacto B, ya han ayudado a más de 70.000 empresas en todo el mundo.
- Además, los inversores trabajan para promover el cambio hacia un nuevo modelo económico donde el impacto sea el centro de la toma de decisiones. Por ello, el movimiento B apoya al grupo de trabajo de Foro Impacto, promoviendo una inversión de impacto social en España.
En definitiva, se trata de una certificación, pero también de un movimiento. Una certificación que agrupa las tres patas de la responsabilidad social corporativa. Un movimiento que no para de crecer y al que cada vez son más empresas las que se suman.