La arquitectura de Josep Bunyesc: sensibilidad, paisaje, ecología y admiración por el entorno
La sostenibilidad implica otra forma de ver la vida. Y, por ello, abarca todos los aspectos de la misma, más allá de la arquitectura. Josep Bunyesc es un ejemplo de ello. Arquitecto especializado en este ámbito, ha desarrollado esta inquietud desde los inicios de su carrera profesional.
Sus proyectos destacan por la elevada eficiencia energética, y por la mimetización con el entorno en el que se ubican. Desde refugios en el Pirineo y cabañas de pastores, pasando por las oficinas de un edificio agrícola en Empordà (Girona), o una casa en Barcelona, entre muchos otros. Aunque para él las casas pasivas son cosa del pasado; pues habla de casas positivas, porque generan más energía de la que consumen,
Materiales naturales, locales, aislamiento, respeto y admiración por el medio… La arquitectura de Josep Bunyesc es sensibilidad, naturaleza y, en definitiva, sostenibilidad en estado puro.
Entrevista
Isabel Fernández: Especializado en arquitectura sostenible, ¿cómo y cuando surge la inquietud por este campo?
Josep Bunyesc: Desde del inicio de la actividad profesional me planteo reducir el impacto ambiental de la construcción tanto en la elección de los materiales como en la energía que consumirá el edificio durante su uso. Enseguida empecé a estudiar el tema con el doctorado.
© Josep Bunyesc Arquitecte
I.F.: ¿Cómo fueron tus inicios en la arquitectura sostenible?
J.B.: En los primeros proyectos, realizados en el Pirineo, y encargos de gente próxima, ya empecé a experimentar con materiales más naturales y aplicar sistemas y formas de hacer para reducir la demanda energética de los edificios que hacíamos o renovábamos. Los resultados eran muy buenos, los edificios que hacíamos eran más confortables y económicos en energía que los vecinos, y aquí seguimos mejorando.
I.F.: ¿Cómo ha ido evolucionando tu trabajo en este sentido?
J.B.: Ha sido básico seguir ampliando y profundizando en la formación teórica en estos temas, y aplicar directamente a las obras reales las mejoras que planteaban los estudios teóricos. Y también es fundamental confirmar los buenos resultados con un seguimiento empírico de cada caso a través de monitorización de cada caso para ver los resultados, la evolución y los puntos a mejorar.
I.F.: Vemos que la madera es un material muy presente en tus proyectos. ¿Hay algún otro material para ti fetiche?
J.B.: Todos los materiales de origen natural que tienen poca transformación y que la naturaleza los puede regenerar, son mejores que los que no se regeneran naturalmente. Estos materiales tienen poca energía incorporada y son fáciles de recuperar. La tierra cruda también es uno de ellos.
© Josep Bunyesc Arquitecte – Refugio en el Pirineo
I.F.: ¿Cómo definirías una casa pasiva?
J.B.: Una casa pasiva es aquella que necesita poca energía para funcionar, pero para mí es un concepto ya obsoleto. Hablamos de casa positiva que es aquella que genera más energía de la que necesita para funcionar. Es tan eficiente que al generar algo de energía renovable ella misma ya sobrepasa las necesidades y puede, por ejemplo, cargar un vehículo eléctrico. Esto ya lo estamos haciendo, y de hecho tenemos más de 5 casos construidos y en uso.
I.F.: Entendemos que las energías renovables son esenciales para proyectos de este tipo…
J.B.: Justamente para la casa positiva necesitamos incorporar energías renovables de generación local. Con tecnología existente en el mercado actual y a precios competitivos.
I.F.: ¿Qué tipo de energía es la más recomendable?
J.B.: En nuestro país, en España, la energía solar es muy abundante. Tanto, que con sistemas solares fotovoltaicos o térmicos, tenemos toda la energía necesaria para que funcionen nuestros edificios con el confort de nuestra sociedad hoy. Incluso más para pasar energía del edificio a la movilidad, que también consume mucha energía.
I.F.: ¿Estamos concienciados, tanto en el sector de la construcción y la arquitectura, como la ciudadanía en general, con la importancia de apostar por la sostenibilidad?
J.B.: Es un proceso lento pero que se está llevando a cabo, y será cada día más, pese a que políticamente no se le dé el valor que tiene. Es una necesidad vital de nuestra existencia en el planeta, o se reduce nuestro impacto o desapareceremos.
© Josep Bunyesc Arquitecte – Viviendas autosuficientes Nissan
I.F.: ¿Cuál es tu percepción sobre la arquitectura sostenible en España? ¿Hemos avanzado en estos últimos años?
J.B.: Los últimos diez años se ha hecho mucho, hemos pasado de cero a poco y esto ya es mucho. Pero falta mucho por hacer, que ya se irá haciendo, pero falta más voluntad política.
I.F.: ¿Crees que el hecho de que la arquitectura sostenible sea un campo en auge se debe a que la nueva normativa europea obligue a construir bajo criterios sostenibles? ¿O existe una concienciación medioambiental social real?
J.B.: No, es pura lógica. Quien lo ve, lo prueba y lo entiende, no hay vuelta atrás. Pero esto lleva tiempo, porque no es inmediato darse cuenta de las grandes ventajas. Y también existen intereses macroeconómicos que no facilitan este cambio de mentalidad y de hacer, aunque podrían redirigir el negocio hacia otros temas que sí están en auge, seguramente lo estén haciendo discretamente. Mejor para todos.
I.F.: Y, para terminar, ¿de qué proyecto o proyectos os sentís especialmente orgullosos?
J.B.: De los refugios de montaña, porque hemos demostrado que en las situaciones más extremas se puede construir con materiales naturales con muy poco tiempo, en pocos días edificios reversibles desmontables. Son edificios que por estar aislados en las montañas no consumen otra energía que la solar que les llega. Peses a esto, son más confortables que muchos edificios de las ciudades que, estando en un clima mucho más suave, consumen enormes cantidades de energía no renovable. ¿Por qué, si los refugios que hemos hecho en clima extremo no la necesitan?
© Josep Bunyesc Arquitecte – Refugio en el Pirineo
Ciertamente, el ahorro de energía, constituye una necesidad insoslayable, especialmente en los llamados países del tercer mundo, que carecen de hidrocarburos pero les sobra soluciones todo el año, sin embargo tampoco disponen de la tecnología, que irónicamente producen y comercializan los más ricos y los que menos sol reciben. Todavía las energías renovables no son la prioridad de los Estados. en la práctica. Gracias por el artículo.