La madera contralaminada (CLT): un material que aúna sostenibilidad y polivalencia

Publicado el 11 agosto 2025

La madera contralaminada, conocida por sus siglas en inglés CLT (Cross Laminated Timber), se está consolidando como uno de los materiales estructurales más importantes en el sector para responder a los desafíos de la arquitectura sostenible.

Se trata de un material formado, generalmente, por entre tres y siete capas cruzadas de paneles de madera maciza —habitualmente de coníferas como abeto o pino—que se encolan entre sí de forma perpendicular y posteriormente se prensan en frío. Esta configuración dota al panel de una gran estabilidad dimensional y resistencia mecánica, lo que minimiza los movimientos por humedad o cambios térmicos —una de las limitaciones clásicas de la madera maciza— haciendo que este material sea apto para su uso como elemento portante en paredes, forjados o cubiertas.

Su historia tiene origen en los años noventa en Austria y Alemania, como respuesta a la necesidad de emplear madera en estructuras de mayor escala con un comportamiento estructural más predecible. Desde entonces, su evolución ha sido notable, consolidándose como una alternativa viable frente a sistemas tradicionales de hormigón y acero en múltiples contextos constructivos.

Construcción de aulas modulares con CLT. Imagen: atelierjones

CLT y construcción industrializada: una sinergia natural

Una de las grandes ventajas que ofrece este material en la arquitectura sostenible es que, a diferencia de la madera aserrada convencional, los paneles pueden fabricarse a medida, incorporando ya en taller las aperturas para puertas, ventanas e instalaciones. Esta prefabricación de precisión, combinada con herramientas de diseño BIM, permite optimizar al máximo el uso del material, reducir el desperdicio y mejorar la eficiencia logística.

En ese sentido, los paneles CLT permiten construir con madera a gran escala, superando limitaciones estructurales y posibilitando su empleo en edificaciones de varias alturas. Su comportamiento estructural es predecible y su bajo peso, combinado con su alta resistencia, lo convierte en un material idóneo para proyectos que exigen rapidez de montaje, eficiencia energética y una baja huella ambiental.

Por todo ello, la madera contralaminada se convierte en una pieza fundamental en sistemas de construcción off-site y modelos híbridos que combinan componentes industrializados con otros elementos tradicionales, potenciando la eficiencia del conjunto sin renunciar a prestaciones estructurales elevadas. Además, este tipo de modelos de construcción industrializada, caracterizados por la fabricación en taller, permiten el ensamblaje preciso en obra y la reducción de plazos y residuos.

Aplicaciones en arquitectura sostenible

En la práctica arquitectónica, los paneles CLT se están empleando en una amplia tipología de proyectos: desde viviendas unifamiliares hasta edificios en altura, pasando por centros educativos, equipamientos públicos o rehabilitaciones estructurales. Esta versatilidad responde a tres factores clave:

  1. Sostenibilidad: el CLT está fabricado a partir de madera procedente de explotaciones forestales gestionadas de forma responsable. Su producción emite considerablemente menos CO₂ que materiales como el hormigón o el acero, y durante su vida útil actúa como sumidero de carbono. Además, es reciclable y reutilizable.
  2. Eficiencia energética: su comportamiento higrotérmico permite mantener una temperatura interior estable y reducir la necesidad de sistemas activos de climatización. Combinado con estrategias bioclimáticas, puede alcanzar altos estándares de eficiencia energética.
  3. Salud y confort interior: al tratarse de un material natural con buena regulación de la humedad y propiedades acústicas adecuadas, contribuye a mejorar la calidad ambiental interior, un aspecto cada vez más valorado en edificios escolares, viviendas o espacios de trabajo.

Últimas innovaciones, perspectivas y retos

La progresiva incorporación de CLT en edificación en altura ha sido un hito relativamente reciente. Aunque Europa central y países como Canadá o Japón llevan años explorando esta vía, en la península ibérica se comienzan a ver propuestas innovadoras que desafían el uso tradicional de la madera.

En este tipo de proyectos, los paneles CLT se utilizan tanto en muros de carga como en forjados, e incluso en escaleras y núcleos de comunicación. El diseño estructural debe atender con especial cuidado a cuestiones como la protección frente al fuego o el aislamiento acústico, pero existen soluciones técnicas avanzadas que permiten cumplir con los requisitos normativos sin comprometer el potencial sostenible del material.

En ese sentido, el CLT facilita el desarrollo de soluciones híbridas que combinan madera con acero o aislamientos, ampliando el abanico de posibilidades constructivas en un marco de sostenibilidad.

Sin embargo, a pesar de sus múltiples ventajas, la generalización del uso de la madera contralaminada todavía enfrenta algunos desafíos:

  • Acceso a materia prima local: es clave fomentar la gestión forestal sostenible y la transformación industrial de la madera en el territorio, especialmente en regiones con elevado potencial forestal.
  • Formación técnica y profesional: el diseño con CLT requiere competencias específicas tanto en arquitectura como en ingeniería estructural.
  • Homologación y normativa: aunque el CLT está regulado por normas europeas (como la ETA o el Eurocódigo 5), es necesario actualizar los marcos legislativos para reconocer su uso en todas las tipologías edificatorias.
Imagen: helivideo vía Getty Images

Por todo ello, se puede concluir que la madera contralaminada representa un punto de encuentro entre sostenibilidad, tecnología y eficiencia. Concretamente en el marco de la construcción industrializada, su empleo permite desarrollar edificios más rápidos de ejecutar, con menor impacto ambiental y altos estándares de confort.

Pero el CLT posibilita a todo el conjunto del sector de la arquitectura sostenible contar con un material de bajo impacto que a su vez permite replantear cómo construimos y qué relación queremos establecer con nuestro entorno construido. Su avance dependerá, en buena medida, de que se impulse una cadena de valor coherente, desde el bosque hasta la obra, en la que innovación y responsabilidad vayan de la mano.

Categorias relacionadas: Actualidad, Madera, Materiales

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *