Digitalización del sector de la construcción: la gestión eficaz de los residuos
El sector de la construcción no ha sido, tradicionalmente, un sector avanzado desde el punto de vista tecnológico. La diversidad de ramas de actividades, así como las diferentes fases que atraviesa un proceso constructivo, han contribuido a ello. Las especialidades de carretera, materiales, maquinaria y obra civil han desarrollado un mayor nivel de innovación.
Fases e impacto
En las fases del proceso de construcción, la mayor innovación ha venido en la etapa de diseño a través de la metodología del modelado electrónico BIM (Building Information Modeling) y en la prefabricación de elementos, que va ganado terreno. En el 2021, el 30% de los nuevos edificios construidos en España ya contaron con alguna pieza industrializada entre sus componentes.
Conocemos el impacto económico, social y medioambiental del sector de la construcción, pero para que la trasformación digital del sector sea completa, debe incluir todo el ciclo de vida del edificio desde el diseño hasta la demolición final, teniendo muy en cuenta los residuos que este sector genera.
El tratamiento eficaz de los residuos de construcción y demolición (RCD), desde los más inofensivos, como los residuos inertes; y los no peligrosos, como piedra, madera, vidrio, cartón, arena, etc.; hasta los contaminantes como plásticos; o peligrosos como los adhesivos, disolventes, decapantes y demás; solo podrá obtenerse a través de la digitalización de los mismos.
Legislación
El pasado mes de abril entró en vigor la nueva Ley 7/2022, de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, que será una de las principales piezas legislativas para impulsar esta digitalización ya que en su artículo 30 recoge las nuevas normas de gestión de los residuos de construcción y demolición:
- En las obras de demolición, deberán retirarse, prohibiendo su mezcla con otros residuos, y manejarse de manera segura las sustancias peligrosas, en particular, el amianto.
- A partir del 1 de julio de 2022, los residuos de la construcción y demolición no peligrosos deberán ser clasificados en, al menos, las siguientes fracciones: madera, fracciones de minerales (hormigón, ladrillos, azulejos, cerámica y piedra), metales, vidrio, plástico y yeso. Asimismo, se clasificarán aquellos elementos susceptibles de ser reutilizados tales como tejas, sanitarios o elementos estructurales. Esta clasificación se realizará de forma preferente en el lugar de generación de los residuos y sin perjuicio del resto de residuos que ya tienen establecida una recogida separada obligatoria.
- La demolición se llevará a cabo preferiblemente de forma selectiva, y con carácter obligatorio a partir del 1 de enero de 2024, garantizando la retirada de, al menos, las fracciones de materiales indicadas en el apartado anterior, previo estudio que identifique las cantidades que se prevé generar de cada fracción.
Para facilitar lo anterior, se establecerá reglamentariamente la obligación de disponer de libros digitales de materiales empleados en las nuevas obras de construcción, de conformidad con lo que se establezca a nivel de la Unión Europea en el ámbito de la economía circular. Asimismo, se establecerán requisitos de ecodiseño para los proyectos de construcción y edificación.
A lo anterior hay que añadir que en el artículo 64 de la mencionada ley se prevé, para todos los productores que generen más de 10 toneladas de residuos no peligrosos al año, como es el caso de la construcción y demolición, la obligatoriedad de crear un archivo electrónico donde se recojan, por orden cronológico, la cantidad, naturaleza y origen del residuo generado y la cantidad de productos, materiales o sustancias, y residuos resultantes de la preparación para la reutilización, del reciclado, de otras operaciones de valorización y de operaciones de eliminación.
Herramientas y beneficios
Si tenemos en cuenta que, según el estudio “Digitalización de empresas gestoras de residuos en España” elaborado por TEIMAS sobre una encuesta a 508 empresas, sólo el 24,43% de las empresas gestoras de residuos para la construcción y demolición disponen de herramientas de software específico para el desarrollo de su actividad, entendemos el largo camino que nos queda por recorrer en el sector.
Es evidente que esta legislación obliga a las empresas de la construcción, con independencia de su tamaño, a contar con un apoyo tecnológico que en los próximos años estará marcado por la sostenibilidad, trazabilidad y digitalización en materia medioambiental.
El principal beneficio de la digitalización de residuos, además del medioambiental, es que éstos pueden, de nuevo, integrar la cadena de producción en línea con el modelo de economía circular o, incluso, convertirse en nueva oportunidad de venta, como ya ofrecen diversas plataformas de compraventa de residuos de construcción.
Ciertamente, el sector de la construcción tiene que afrontar y popularizar el reto de la trasformación digital, antes reservado a las grandes empresas del sector, al que ahora deben hacer frente también las pequeñas y medianas empresas si quieren cumplir con la normativa y exigencias que impone la Unión Europea.