Virginia Hernández, de Estudio Lamela: “La transición hacia edificios de consumo casi nulo es esencial para avanzar hacia un modelo económico verdaderamente circular”

Publicado el 22 diciembre 2025

Esta semana hemos conversado con Virginia Hernández, arquitecta experta en arquitectura sostenible de Estudio Lamela, un estudio cuya sede central se encuentra en Madrid pero que también cuenta con oficinas en Los Ángeles, Miami, México, Polonia y Países Bajos.

A lo largo de los más de 70 años que tiene el estudio, han llevado a cabo proyectos de todo tipo: residenciales, deportivos, corporativos, educativos… Algunos tan emblemáticos como la ampliación del Estadio Santiago Bernabéu a finales de los 80 o la construcción de la Terminal 4 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.

Además, han obtenido numerosos premios gracias a su firme apuesta por la integración de estrategias sostenibles en sus proyectos. Entre otros, destacan The Pacific, el edificio que alberga la sede de Nestlé en Polonia, que fue premiado como el más sostenible del país; y el Centro de Contacto del Banco Santander en Querétaro (México), que recibió el Premio Nacional de Ahorro de Energía.

Virginia Hernández, experta en arquitectura sostenible de Estudio Lamela. Imagen: Estudio Lamela

Entrevista

¿Cómo y cuándo nace el estudio de arquitectura?

Estudio Lamela fue fundado en 1954 por Antonio Lamela, reconocido como un auténtico visionario en materia de sostenibilidad aplicada a la arquitectura. Ya en 1976 anticipó conceptos ecológicos y de desarrollo sostenible en su obra “Cosmoísmo y Geoísmo”, donde planteaba la necesidad de integrar ciencia, diseño y responsabilidad ambiental.

Su interés por las nuevas tecnologías quedó patente en proyectos pioneros como el edificio de la calle O’Donnell 33 (1956), el primero en Madrid con aire acondicionado central, carpinterías de aluminio y shunts de ventilación. También fue innovador desde el punto de vista funcional al combinar vivienda y oficinas en un mismo inmueble. Este edificio, además, fue la primera sede de Estudio Lamela y marcó el inicio de una trayectoria ligada a la innovación técnica y al compromiso ambiental.

Contáis con más de 70 años de experiencia, ¿la sostenibilidad ha estado siempre ligada a vuestro trabajo?

La sostenibilidad ha sido un principio estructural desde la fundación del estudio. Un ejemplo temprano es el propio diseño de la segunda sede de Estudio Lamela, en O’Donnell 34 (1966), que incorporó estrategias pasivas como una fachada de mármol blanco capaz de reflejar la luz natural hacia el interior, reduciendo la demanda de iluminación artificial. Esta misma solución contribuía a mantener la temperatura interior estable, optimizando el confort sin un consumo energético elevado. Desde entonces, la integración de soluciones eficientes y responsables ha guiado nuestra evolución como estudio de arquitectura. Para nosotros, la dimensión ambiental no es un valor añadido, sino un componente esencial del diseño arquitectónico.

Tenéis un total de seis oficinas repartidas entre Europa y América, ¿cómo es construir de forma sostenible en cada contexto?

Trabajar en distintos países implica comprender en profundidad la disponibilidad de materiales locales, las condiciones climáticas y las particularidades sociales de cada entorno. En todos los casos, aplicamos un enfoque común basado en la minimización del consumo energético, la correcta integración del edificio en su contexto y la elección responsable de materiales.

Este compromiso se refleja en múltiples reconocimientos internacionales a nuestros proyectos. En 2016, por ejemplo, el Edificio Pacific —sede de Nestlé en Polonia— fue premiado como el edificio más sostenible del país. También el Contact Center del Banco Santander en Querétaro, México, recibió importantes galardones, incluido el Premio Nacional de Ahorro de Energía en 2012. Desde Torre Astro (Bélgica) al Campus ‘Futura’ de Airbus en Getafe (Madrid), pasando por el Centro Canalejas (Madrid), el Discovery Building (Madrid) o el Complejo Méndez Álvaro, la arquitectura sostenible ha sido nuestra seña de identidad desde hace más de una década.

Discovery Building. Imagen: Daniel Schäfer

Habéis desarrollado proyectos de todo tipo y envergadura, ¿qué dificultades implica la integración de los principios de la arquitectura sostenible en cada uno de ellos?

Cada proyecto presenta condicionantes específicos, pero los principios de sostenibilidad son universales y deben incorporarse desde la fase conceptual. La mayor dificultad suele surgir precisamente cuando estos criterios no se consideran desde el inicio, especialmente en lo relativo al diseño de la envolvente. Una envolvente mal planteada limita enormemente la capacidad del edificio para alcanzar un comportamiento energético óptimo y un bajo impacto ambiental. Observamos, por suerte, una creciente sensibilidad entre clientes y agentes del sector. Esto facilita la integración temprana de estrategias sostenibles y mejora significativamente el rendimiento global de los proyectos.

Muchos de vuestros proyectos han conseguido los más reconocidos certificados ambientales, tales como LEED o BREEAM. ¿Cuánto de importante consideráis la obtención de certificados?

Hoy en día, la certificación ambiental es prácticamente imprescindible para competir en el mercado internacional. Nuestros clientes suelen establecer objetivos mínimos —como LEED Gold o BREEAM Excellent— desde la fase de programación del proyecto. Aunque la normativa avanza de forma gradual, el mercado está siendo más exigente y demanda estándares ambiciosos que van más allá de las obligaciones legales.

Los sellos ambientales no solo verifican el desempeño, sino que también aportan transparencia y garantizan que el edificio responde a criterios globalmente reconocidos. Para nosotros, son una herramienta clave para asegurar calidad, rigor técnico y compromiso ambiental.

De todos vuestros proyectos, ¿cuál o cuáles destacaríais? ¿Por qué?

Uno de los proyectos más relevantes es el complejo Madnum, finalizado en 2024 para Colonial y concebido como un gran ejemplo de regeneración urbana sostenible. Junto con la torre de oficinas de Méndez Álvaro 31, constituye un hito en la gestión de un programa mixto de gran complejidad. Las oficinas, con sala de eventos y área comercial, han obtenido certificación LEED Platino, mientras que la parte residencial ha alcanzado BREEAM Excelente.

El proyecto incorpora criterios de economía circular, análisis de ciclo de vida para minimizar carbono embebido, estrategias de biodiversidad, movilidad sostenible y gestión responsable de materiales, residuos y tierras. A nivel energético, se ha logrado un comportamiento altamente eficiente gracias a soluciones pasivas y sistemas avanzados de monitorización y control.

El complejo Madnum. Imagen: Juan Sancho

¿Existe algún material sostenible por el que sintáis predilección? ¿Por qué?

Un ejemplo emblemático es el uso del bambú en la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas, donde se emplea masivamente como elemento de acabado en el techo. Optamos por bambú por su rápido crecimiento —alcanza la madurez en apenas 5 o 6 años—, su naturaleza renovable y su alta resistencia mecánica. Además, su cultivo no requiere procesos de reforestación, ya que el propio tallo se regenera tras el corte, lo que lo convierte en un material con una huella ecológica reducida. También puede valorizarse como biomasa al final de su ciclo de vida, contribuyendo así a cerrar el ciclo de carbono. En la T4 se complementó su uso con otras estrategias como la recogida de aguas pluviales, cañones de luz para optimizar iluminación natural y sistemas de reducción de consumo energético.

¿Qué importancia consideráis que tiene promover la construcción de edificios de consumo energético casi nulo?

La transición hacia edificios de consumo casi nulo es esencial para avanzar hacia un modelo económico verdaderamente circular. Todos los estudios internacionales coinciden en que el sector de la construcción debe reducir drásticamente sus emisiones para cumplir con los objetivos climáticos. Aunque la normativa va progresando, lo hace a un ritmo inferior al que exige tanto el mercado como la ciudadanía. Estos edificios permiten reducir la dependencia energética, mejorar el confort y minimizar el impacto ambiental a lo largo de todo el ciclo de vida. En definitiva, no representan solo una tendencia, sino una obligación para garantizar un futuro sostenible.

¿Cuáles son las soluciones más eficaces a la hora de perseguir ese consumo casi nulo?

La base siempre es un diseño de envolvente optimizado mediante estrategias pasivas, como aislamiento continuo, control solar, estanqueidad y ventilación eficiente. Sin una envolvente bien planteada, ningún sistema activo puede compensar las pérdidas o ganancias excesivas de energía. A ello se suma la necesidad de un exhaustivo trabajo de ingeniería que analice sistemas HVAC de alta eficiencia, recuperación energética y energías renovables.

La combinación de soluciones pasivas y activas permite reducir drásticamente la demanda y el consumo final. Este enfoque integrado es el que garantiza alcanzar estándares NZEB de forma realista y verificable.

¿Creéis que la sociedad está concienciada sobre la necesidad de propuestas arquitectónicas sostenibles para cuidar el medio ambiente?

La sociedad muestra un nivel de concienciación cada vez mayor sobre las limitaciones planetarias y la responsabilidad intergeneracional que implica el diseño del entorno construido. Percibimos un creciente interés por edificios saludables, eficientes y con baja huella ambiental.

Esta sensibilidad está influyendo no solo en las preferencias de los usuarios, sino también en la estrategia de promotores e inversores. El consumidor demanda calidad ambiental y eficiencia como valores diferenciales. Este cambio cultural es fundamental para acelerar la transformación del sector hacia prácticas realmente sostenibles.

Gracias a Virginia Hernández, experta en arquitectura sostenible de Estudio Lamela, por dedicarnos su tiempo y permitirnos conocer su trabajo.

Categorias relacionadas: Actualidad, Entrevistas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *