El sector de la pizarra renueva su sello de Declaración Ambiental de Producto
Conocer el impacto ambiental de los productos a lo largo de su ciclo de vida es especialmente importante a la hora de evaluar su potencial influencia sobre el calentamiento global o el agotamiento de recursos a largo plazo. En este contexto se creó la Declaración Ambiental de Producto (DAP), una herramienta utilizada para catalogar la huella ambiental de un determinado producto a lo largo de su vida útil en función de una serie de parámetros estandarizados a nivel internacional.
La renovación periódica de la DAP de un determinado producto, material o servicio posibilita su producción sostenible, así como también aporta a sus posibles consumidores finales información sobre su impacto ambiental. Esta herramienta promueve un consumo responsable y sostenible de un producto en todas las etapas de su ciclo de vida.
Un sector que puede presumir de poseer la ecoetiqueta de la DAP es el de la pizarra natural, que ha renovado este sello de compromiso medioambiental hasta el año 2026. Las credenciales de sostenibilidad de la pizarra, ya respaldadas por otras certificaciones ambientales independientes, quedan garantizadas a raíz de esta renovación.
La DAP, sello de sostenibilidad
La Declaración Ambiental de Producto (DAP) es un documento técnico que proporciona información objetiva, cuantificada y verificable sobre el desempeño ambiental de un producto, un material o un servicio. La valoración de su impacto se realiza según las directrices europeas y la regula la norma internacional ISO 14025, que establece los requisitos para las declaraciones ambientales tipo III o ecoetiquetas tipo III.
El parámetro clave de análisis para la obtención de estas certificaciones es su ciclo de vida. En el caso de la pizarra natural, se evaluó la sostenibilidad del material a través del método “From cradle to grave”, en español “de la cuna a la tumba”. Esta metodología evalúa su huella ambiental durante todas las etapas de su vida, desde la extracción hasta su gestión como residuo pasando por todas las fases intermedias de producción, distribución y utilización.
En esta evaluación se miden diversos factores como la durabilidad del material, las emisiones y el consumo de energía que se genera desde el proceso de transformación hasta la gestión y reutilización de los residuos generados.
La homogeneización que aporta un sello de sostenibilidad consensuado internacionalmente permite a los arquitectos y diseñadores garantizar el grado de sostenibilidad de los materiales que van a emplear en sus proyectos, concretando el impacto ambiental de la producción de los mismos.
La pizarra natural renueva su certificado de sostenibilidad
La sostenibilidad está presente en todo el proceso de producción de la pizarra natural, desde la cantera hasta la colocación final del material. Por tanto, este producto mineral es una opción ecológica para cualquier proyecto arquitectónico. Su proceso productivo es relativamente sencillo, ya que no utiliza productos químicos ni grandes hornos. Además, una vez instalada la cubierta de pizarra de un edificio, su duración aproximada puede alcanzar los cien años.
La pizarra es también el material de cubierta que produce una menor huella de carbono durante su ciclo de vida, como acredita la certificadora Control Union basándose en datos aportados por las propias empresas. En su proceso de producción se consume menos agua y energía y se emiten menos gases contaminantes que otros materiales empleados para el mismo fin, como es el caso del fibrocemento, el zinc o la cerámica.
Por todas las propiedades mencionadas anteriormente, el sector de la pizarra ha renovado su sello de sostenibilidad para los próximos tres años, certificado mediante la DAP. Esta certificación ambiental cataloga este material como como ecológico y garantiza su bajo impacto ambiental.
La piedra natural, otro material sostenible que cuenta con la DAP
Desde 2014, toda piedra natural posee una DAP que acredita su sostenibilidad como material de construcción. En el caso particular del granito, cuenta con cuatro declaraciones ambientales: para su instalación en pavimentos exteriores, pavimentos interiores, aplacados de fachada y fachada ventilada.
Durante el proceso de extracción y tratamiento de la piedra natural no se lleva a cabo ningún tipo de proceso industrial ni se emplean productos químicos. Por el contrario, los procedimientos de producción son simples y no contaminantes, por lo que suponen un menor coste energético y un escaso nivel de emisiones.
Algunas de las propiedades que respaldan la catalogación de la piedra natural como material sostenible son su durabilidad, resistencia y dureza, que lo convierten en el material constructivo con mayor vida útil. Estas características implican que este material requiera un bajo mantenimiento.
La piedra natural es reutilizable y reciclable, siendo sus principales aplicaciones la fabricación de gravas y la contribución a los productos prefabricados. Además, sus prestaciones térmicas ayudan a reducir el consumo energético, ya que retiene el calor en los espacios interiores y lo libera progresivamente.