Un paseo por algunas de las ciudades más sostenibles de Europa
En un post anterior os hablamos de la arquitectura circular, un concepto que hace referencia a la reutilización de muchos materiales o residuos en el sector de la arquitectura. O cómo aplicar la economía circular, un concepto del que cada vez se habla, por fortuna, con más frecuencia, al mundo de la arquitectura.
Se trata de un concepto amplio aplicable a gran cantidad de ámbitos. Y el de las ciudades no se queda atrás. De hecho, las ciudades se suman también a la sostenibilidad. En este sentido, a lo largo y ancho del continente europeo, y también alrededor del mundo, vemos que numerosas ciudades se han puesto manos a la obra en la aplicación de la economía circular, un nuevo modelo económico basado en el uso eficiente de los recursos, de manera que se produzcan bienes y servicios a la vez que se reduce el consumo de materias primas y energía.
Este modelo se aplica para que el planeta pueda hacer frente al cambio climático, ya que las ciudades absorben el 75% de los recursos que se consumen en todo el mundo, y en ellas, de aquí a 2050, vivirá el 70% de la población. Para conseguir este objetivo, algunas de las soluciones son el reciclaje, la reutilización de los materiales y la urbanización sostenible.
Las cuatro ciudades que os mostramos a continuación han sabido reinventarse y hacer de la sostenibilidad uno de sus principales atractivos:
Ámsterdam
Es el modelo de las ciudades europeas. En esta urbe holandesa viven 850.000 habitantes que disponen, por ejemplo, de foros en los que los ciudadanos pueden compartir sus ideas. Un ejemplo de ello es un atlas abierto de energías renovables que muestra dónde, cómo y qué cantidad se consume de ellas.
Un análisis realizado en la ciudad en 2015 puso de manifiesto que era esencial apostar por la construcción sostenible (con unas ganancias de 85 millones de euros y la creación de 700 puestos de trabajo) y la utilización de los residuos orgánicos (con beneficios de 150 millones de euros anuales y la generación de 1200 empleos).
También hay que destacar la importancia del transporte en bicicleta, un factor completamente característico de la ciudad.
Logroño
En nuestro país tenemos el ejemplo de Logroño, una ciudad de pequeño tamaño, lo que la convierte en una especie de laboratorio de pruebas de sostenibilidad.
La urbe cuenta con The Circular Lab, un centro que realiza estudios sobre la gestión eficiente de los residuos y la ciencia ciudadana, entre otras materias. Uno de los proyectos en los que se está trabajando en este complejo es el del cubo de basura del futuro, un recipiente que detectaría el tipo de residuos que se tiran y estaría conectado al teléfono móvil.
Otro proyecto que se está desarrollando es el Smartwaste, una base de datos que servirá a las administraciones para optimizar la recogida de basuras.
Peterborough (Reino Unido)
Uno de los principios de los 200.000 habitantes de esta ciudad es el de trabajar con las 7 R (repensar, rediseñar, reutilizar, reparar, remanufacturar, reciclar y recuperar), lo que da lugar a proyectos como el que supuso la transformación de 30.000 sacos de café en bolsas y bolsos.
Además, casi 20.000 hogares funcionan con una instalación energética que procesa el 90% de los residuos no reciclables de las casas.
Copenhague
Una de las metas de esta ciudad es conseguir que los ladrillos tradicionales tengan multitud de usos. Además, el barrio de Orestad es el primer complejo levantado sobre la estructura de edificios abandonados, lo que permite la reutilización de los materiales, ya que no se hace una demolición con mortero. Esta técnica supone la reducción de la huella de carbono en un 70% aproximadamente.
Esperamos que este post haya dado ideas sobre diferentes estrategias para aplicar en vuestras ciudades y así poder convertir el planeta poco a poco en un lugar más sostenible y eficiente.