Un colegio educando en sostenibilidad
Cuando pensamos en los Emiratos Árabes Unidos, el imaginario colectivo se llena de grandes construcciones donde los protagonistas son el lujo y el diseño. Todos los que recordamos su rápida evolución arquitectónica hemos pensado en algún punto hasta dónde llegaría el futuro de un país asentado en el desierto y, a excepción de su oro negro, con escasos recursos naturales. El alto derroche en agua y energía de los habitantes y de las obras construidas planteaban serias dudas a la comunidad internacional.
Con la llegada de un nuevo siglo, cargado con una mayor conciencia ecológica global, con base científica ya se podría demostrar que, efectivamente, el sueño de los Emiratos tenía un punto finito. O al menos a ojos de la cumbre sobre el cambio climático (Cancún, 2010), que instaba al país a mejorar en su consumo energético y a reducir su huella ecológica, la mayor del mundo per cápita.
En el mismo artículo que enlazamos podemos ver el nuevo rumbo que tomaron los Emiratos desde finales de la década pasada, y cómo poco a poco se ha ido materializando en una legislación cada vez más consciente de la necesidad de vivir bajo criterios de sostenibilidad. Tanto es así que ya es un país pionero en el uso de energías renovables, pero queda mucho, demasiado camino por recorrer. Falta concienciar a la gente de su propio consumo energético. Ciudades inteligentes y sostenibles necesitan ciudadanos educados en sostenibilidad.
En este sentido, queremos compartir un proyecto de un centro educativo construido bajo criterios verdes para la Ciudad Sostenible de Dubai, un proyecto de los estudios CEBRA y SLA, que hemos conocido gracias a la web Arquitectura y Empresa.
Esta ciudad residencial será la primera calificada como verde. Con ella se pretenden alcanzar los más altos estándares ambientales, con una mira clara: ser un destino líder en turismo ecológico y en la protección del medio ambiente. Paneles solares como motores energéticos, menos tráfico o el aprovechamiento de las aguas residuales son sólo algunas de las medidas que se buscan cubrir.
Dentro de esta ciudad está esta preciosa obra destinada a educar a niños de 3 a 12 años de edad. Con vegetación propia, el colegio huye de los energéticamente costosos sistemas de aire acondicionado (habituales en la zona) para trabajar en una estructura que intercala espacios naturales, zonas al aire libre pero cubiertas e instalaciones de torres de enfriamiento que permitan un clima agradable para las actividades de los más pequeños.
Todo ello rodeado de la propia vegetación de la ciudad, que sigue en la escuela y donde los propios niños contribuirán, a través de la enseñanza práctica, a su mantenimiento. Una excelente forma de crear un entorno donde hacer ver a las nuevas generaciones la importancia de un equilibrio entre la sociedad, el medio ambiente y los recursos naturales.