La facultad de la sostenibilidad

Publicado el 10 marzo 2022

Los cambios forman parte inherente de la vida de la arquitectura, pocas construcciones permanecen inamovibles al paso del tiempo. Cuando estas reformas se realizan en favor de la descarbonización y la eficiencia energética, es un logro de todos. Este es el caso de la rehabilitación y ampliación del edificio Dorleta del campus de Eskoriatza, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de Mondragón. Ha sido un cambio hacia la adaptabilidad del edificio a los nuevos tiempos y a las necesidades del alumnado y profesorado del siglo XXI.

El nuevo edificio

El diseño del nuevo edificio se perfiló a través de un proceso participativo, por lo que todo aquel que tuviera un proyecto en mente pudo presentar sus ideas. Es un formato no muy habitual para este tipo de reformas pero que en un futuro sí puede marcar tendencia. Mediante esta modalidad, el proceso puede que se ralentice, pero el enriquecimiento del proyecto final a través de tantos inputs puede merecer la pena. El edificio antiguo contenía instalaciones erigidas a finales de la década de los 70, por lo que la renovación ha sido un gran salto cualitativo.

El resultado es una nueva edificación multidisplinar de unos 1.800 metros cuadrados. Tiene aulas, sala de trabajo, oficinas, biblioteca, cafetería y un laboratorio para fomentar la educación digital y los nuevos métodos. Los modernos espacios que derivan de la remodelación no son estancos como antaño, sino que permiten una versatilidad apropiada a la enseñanza de la actualidad y el futuro.

Climatización y vegetación

La parte en la que el proyecto más destaca por su sostenibilidad es la climatización. Los materiales del exterior e interior, así como el diseño de la ventilación permiten una mayor capacidad de absorción y retención del calor natural. Las ventanas y los toldos con vegetación son una parte crucial de la reforma. Las primeras gestionan de forma más eficiente la energía que recorre el edificio, con tecnología de cierres que evita el escape del aire caliente. La vegetación por su parte tiene un papel vital en el nuevo edificio, ya que actúa como una capa aislante que impide los escapes de energía.

La adaptación al clima es una característica básica que cualquier arquitecto debe tener en mente. Por lo que para una región oceánica como el País Vasco es muy relevante la evacuación derivada de las lluvias que asolan durante gran parte del año. Ahí entra otro de los beneficios de la vegetación, que adicionalmente a esta deyección acuática mejora la calidad del aire. Además, también desarrollan las plantas de la zona, incrementando la presencia de flora en un hábitat que hasta la reforma estaba bastante deshumanizada.

Reconocimientos

La conclusión de las obras no solo ha permitido un mejor acceso a la educación de los alumnos y profesores, sino que ha tenido recompensas en el mundo de la arquitectura. La reforma ha sido galardonada con el Bienal de Arquitectura Española y Urbanismo (BEAU), que se celebra desde 1991, y es una iniciativa del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) Tiene por finalidad reconocer y premiar un conjunto de obras de alta calidad, que puedan representar el mejor y más diverso panorama de la arquitectura y el urbanismo español de los años que comprende la convocatoria.

Los reconocimientos no se limitaron al panorama nacional, también en concursos internacionales la reforma fue recompensada. La nueva Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Mondragón Unibertsitatea recibió el premio Architecture, Interior & Landscape Design Awards 2021. Este galardón honra los diseños en las disciplinas de arquitectura, diseño de interiores y del paisaje con el objetivo de avanzar en la apreciación del sector constructivo en todo el mundo.‎

Para avanzar en la sostenibilidad y seguir con el objetivo de que Europa sea climáticamente neutra en 2030, la remodelación de nuestros edificios debe encararse bajo ese prisma, tal y como ha ocurrido en este edificio, diseñado por Itziar Imaz e Ibon Salaberria para la Universidad de Mondragón.

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  • Elisa dice:

    Muy interesante

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