Fardos de paja, una solución sostenible para los muros de las viviendas
En las búsquedas de materiales sostenibles para la construcción de nuestras viviendas, los desechos de la agricultura, como pueden ser los fardos de paja, son una excelente opción para la edificación respetuosa con el medio ambiente. Y es que las casas de paja ya no son solo de cuento: son una realidad que cada vez gana más adeptos.
Históricamente, existen casas con más de cien años en Estados Unidos o Europa Occidental, construidas con fardos de paja, que se empezaron a utilizar a finales del siglo XIX cuando se ideó la máquina de empacar.
¿Cómo obtenemos los fardos?
La paja se obtiene del remanente de la producción de granos de trigo, arroz o cebada al separar los tallos de los granos. Estos tallos, en muchas ocasiones, son desechados.
La compactación de la paja en fardos permite obtener un material resistente para la construcción de muros, del que se obtienen buenas características térmicas, acústicas y estructurales.
Es muy común utilizarlos como solución de sellado y aislamiento, al ser un material formado por paja y espacios vacíos. De hecho, se estima que una vivienda construida con fardos de paja permite ahorrar casi un 75% en calefacción y refrigeración.
Existen dos formas de construir con fardos de paja. Uno es el conocido como Sistema Nebraska y otro, el más extendido, es el que utiliza los fardos como elemento de cerramiento. Los dos sistemas necesitan del seguimiento de dos principios: la buena elección de los fardos y el diseño de una buena cubierta.
Ventajas de utilizar fardos de paja
- Es un material totalmente natural.
- Al tratarse de un material de proximidad, permite la reducción en la producción de CO2 debido al transporte.
- Es totalmente biodegradable.
- Es eficiente térmica y acústicamente.
- Permite la transpirabilidad y la renovación del aire interior.
- Permite aumentar la rapidez en la construcción.
- Se trata de un material accesible y económico.
Existen estudios sobre las características técnicas que aportan los fardos de paja, y se estima que su conductividad térmica es similar a la del poliestireno expandido. En relación con la inercia térmica, se estima que los fardos de paja actúan de forma equivalente al adobe o los muros de troncos de madera.
La cuestión que puede llamar más la atención es la resistencia al fuego de este material que, apoyado con revestimiento de mortero de cal y/o yeso han cumplido con éxito las pruebas realizadas.
Para permitir que la paja realice el intercambio de vapor de agua del interior al exterior, se deben utilizar materiales también orgánicos en sus acabados, para los que se suele utilizar una mezcla de arcilla, arena y paja.
Una cuestión a tener en cuenta a la hora de construir con fardos de paja es la reacción que esta tiene ante el agua, que puede producir grietas o expandirse al absorber humedad. Por este motivo los cimientos deben elevarse, al menos, 20 cm del suelo. Los aleros también deben ser amplios, de forma que protejan a las paredes de la humedad.
En definitiva, es un material ideal para construcciones ubicadas en entornos rurales y cercanos a plantaciones de grano, lo que les aporta una mayor sostenibilidad.