¿Es realmente sostenible la biomasa?
La utilización de biomasa como energía renovable para nuestros hogares está en auge. Ya os hemos hablado de las características de la biomasa y sus beneficios para el medio ambiente. Y, en esta ocasión, abordamos las dos caras de esta fuente de energía.
A modo de recordatorio, la biomasa es aquella materia orgánica producida por fuentes vegetales o animales como, por ejemplo, restos de poda, madera, huesos de aceituna o residuos de explotaciones animales o agrícolas. De forma que nos encontramos con dos tipos de biomasa, la natural y la residual.
La biomasa natural se produce espontáneamente en tierras no cultivadas y sin intervención humana. Es, por ejemplo, la leña obtenida de los bosques. La obtención de esta biomasa en grandes explotaciones puede ser nociva para el medio, ya que llevaría a la tala masiva de los montes.
Por otro lado, está la biomasa residual, aquella que se obtiene de las podas, excedentes agrícolas, desechos y residuos de origen biológico procedentes de actividades agrarias.
Ventajas
Los combustibles más comunes obtenidos a partir de la biomasa son leñas, astillas, pellets, huesos de aceituna y cáscaras de frutos.
Las ventajas de este tipo de combustible son múltiples:
- Su origen biológico hace de ésta una energía renovable produciendo además residuos reutilizables como abonos.
- La producción de CO2 pone a cero el marcador al ser la misma cantidad que absorbieron las plantas durante su ciclo vital.
- El precio de este combustible es menor que el de otras energías, como por ejemplo las fósiles.
- Ayuda a la preservación de los montes al ser limpiados de maleza, con lo que se evitan incendios, erosión y degradación.
También debemos tener en cuenta la parte negativa de la obtención y producción de este combustible, que puede acarrearnos importantes problemas medioambientales.
Inconvenientes
La utilización de biomasa en grandes centrales eléctricas puede tener efectos negativos sobre el medio ambiente. Según un estudio realizado por Sandbag, “Playing with Fire”, la conversión prevista por la Unión Europea de centrales de carbón a biomasa aceleraría el cambio climático. El informe está realizado por un grupo de expertos que, sin ánimo de lucro, trabajan para conseguir que la política climática europea se diseñe de manera sólida para impulsar la reducción de las emisiones.
El estudio realizado por Sandbag y apoyado por otras voces críticas con la biomasa, recalca el gran coste medio ambiental de su utilización:
- Al duplicarse la demanda de pellets, se necesitarían grandes extensiones de bosque para producir la cantidad de energía necesaria.
- Esta cantidad de biomasa debe ser transportada desde el lugar de producción a las centrales eléctricas, otro factor que puede llegar a producir mayor CO2 que el que es consumido originariamente por las plantas.
- Otra cuestión para tener en cuenta es la huella de carbono en la fabricación de pellets. Por lo general se utilizan energías renovables para el secado de los pellets, sin embargo, el balance energético en una central térmica es desalentador, la unidad de energía consumida por la energía producida debería ser mucho más distante de lo que es.
En el caso específico de España, y teniendo en cuenta la previsión por parte del gobierno de reconvertir antiguas centrales térmicas asturianas en centrales que funcionen con biomasa, nos planteamos cuál será su método de obtención. Y es que, en este momento, el aprovechamiento de nuestros bosques para biomasa con desechos forestales es muy deficiente, pero, cubrir las necesidades de grandes centrales pondría en peligro la supervivencia de estos.
Está claro queexisten opiniones encontradas sobre la idoneidad de la biomasa como combustible beneficioso para el medio ambiente, pero las diferentes versiones atienden a distintos modos de utilizar este combustible. Desde aquí, nos sumamos a esta disyuntiva, y nos preguntamos: ¿La biomasa puede ser un modelo para el futuro?