Cristóbal Crespo: “El tapial es un material de una gran nobleza y, al tiempo, de una sencillez y proximidad que lo hace realmente atractivo”

Publicado el 12 mayo 2022

Los materiales clásicos están viviendo una segunda juventud gracias a la sostenibilidad. Cuando VIER Arquitectos recibió el proyecto para hacer una piscina en el municipio de Toro, tomó la decisión de utilizar un material un tanto olvidado como es el tapial. Esta apuesta fue todo un éxito y la obra recibió el premio “Edificación Sostenible” por parte de la Junta de Castilla y León. El galardón lo lograron en el año 2006, por lo que tiene más valor su apuesta, ya que hoy en día la percepción de los estudios arquitectónicos y la ciudadanía sobre la construcción sostenible es muy diferente, está más solicitada. Crespo y su estudio por su parte creen que todos los nuevos proyectos que salgan adelante deben hacerse desde el prisma de la sostenibilidad.

Entrevista

Isabel Fernández: ¿Cómo definirías tu estudio de arquitectura?

Cristóbal Crespo: Nuestro estudio, VIER arquitectos, integra a arquitectos y colaboradores bajo la dirección de los cuatro socios fundadores:  Antonio Raya, Cristóbal Crespo, Santiago Sánchez y Enrique Antelo; formados en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de A Coruña, en la que los cuatro somos además docentes.

Creemos necesario aportar rigor, innovación y economía como resultado de las arquitecturas que proponemos. Buscamos producir una arquitectura avanzada y de vanguardia bajo unas premisas de economía y eficiencia energética que cumplan con las exigencias más estrictas, y  con los medios disponibles en cada situación. Hay una componente artesanal bajo la apariencia industrial de nuestras obras, nos gusta investigar en el campo de la actualización de tecnologías tradicionales, así como inventar artefactos y sistemas. Asumimos riesgos calculados, trabajando con técnicas y materiales poco frecuentes, pero el resultado es controlado en cuanto a esfuerzos y economías.

I.F.: ¿Algunas de las obras de tu estudio Vier están especializadas en sostenibilidad, por qué esa perspectiva de la arquitectura?

C.C: Sinceramente, creo que todos nuestros proyectos se desarrollan con la inexcusable premisa de la sostenibilidad siempre en mente. Siempre nos hemos enfrentado a grandes limitaciones presupuestarias y eso significa necesariamente optimizar recursos. Tampoco concebimos la sostenibilidad en términos de primacía de lo tecnológico, sino a partir de la racionalidad de la construcción. El carácter sostenible es parte de ese “todo”, no concebimos que sea un aspecto que se pueda destacar de entre todos los demás, pero sí algo sin el que la aquitectura no es admisible desde un punto de vista ético.

I.F.: El proyecto de la piscina de Toro recibió el premio “Edificación Sostenible” por parte de la Junta de Castilla y León, ¿era desde el principio vuestra intención darle una perspectiva sostenible?

C.C: En el caso de la piscina de Toro es la decisión acerca de la elección de un determinado material, la tierra, lo que dispara el proceso de proyecto. Siendo de Galicia, donde la piedra, el granito, es el material totémico, las antiguas construcciones de tierra (adobe, tapial, etc.) que veíamos en Castilla siempre nos impresionaron profundamente. Sobre todo por su sinceridad expresiva, salen de la tierra de la que toman su esencia, envejecen con una enorme dignidad y, cuando ya abandonadas, empiezan a desmoronarse, restituyen su esencia a la tierra.

Es un ciclo en el cual la arquitectura, incluso la más modesta, tiene una extraordinaria dignidad. Esto nos hacía reflexionar mucho sobre ese carácter de lo “natural”, arquitecturas que surgen del terreno como un árbol, como una colina. Arquitecturas que acumulan siglos de sabiduría, sobre todo en esta época en la que creemos saber más que los que nos precedieron, lo cual es completamente erróneo.

Desarrollamos una gran parte de nuestra vida en contacto con la arquitectura; es entonces una gran responsabilidad determinar su calidad, tanto a partir de cuestiones objetivas, medibles, como de aquéllas otras subjetivas, sometidas a las sensaciones, a los sentimientos.

I.F.: ¿Os sorprendió que el proyecto recibiera dicho galardón?

C.C: Pues sí, la verdad es que para destacar este edificio en base a su sostenibilidad hay que tener un concepto amplio y muy documentado sobre el asunto. El jurado que lo otorgó tuvo esa sensibilidad y esa cultura, por lo cual también merece reconocimiento.

Un factor también a tener en cuenta, y eso me consta que se debió valorar, es el de la sostenibilidad en su vertiente social. La recuperación y actualización de técnicas constructivas tradicionales en sus lugares de origen es una enorme oportunidad para revitalizar el tejido económico y social y dar nuevas oportunidades en el sector de la construcción.

Con este edificio, decididamente moderno, se puede ejemplificar de qué manera el lenguaje de la arquitectura no entiende de materiales “modernos” o “antiguos”.

I.F.: La piscina cuenta con un material característico y sostenible como el tapial. ¿Por qué escogisteis ese material en concreto?

C.C: La tradición local, la observación del paisaje y sus construcciones, la fascinación por un material casi en desuso, como trasnochado. Y, sin embargo, podríamos decir que el proyecto entero es consecuencia del material. Es más, es el propio material el que genera, el que idea el proyecto, de alguna manera.

La elección del tapial surge de una conversación durante un viaje en coche por las tierras de Zamora. La pregunta es: ¿porqué no intentamos construirla en tierra? En ese momento le estábamos dando vueltas al concurso, y nos arriesgamos a proponerlo así. Intuíamos que la calidad masiva de la puesta en obra del material sería capaz de jugar un papel digno en la periferia del casco histórico de Toro, que cuenta con una herencia construida de enorme interés y calidad.

Exterior de la piscina de Toro hecha con tapial

I.F.:¿Qué características destacarías más del tapial?

C.C: Nos gustaría aclarar que entendemos que un material no es necesariamente sostenible por sí mismo. Como materia inerte, con cualquier material se puede construir desde lo más sublime a lo más deplorable. Del tapial nos interesaba sobre todo su condición masiva y austera; esa austeridad castellana tan elegante que le permite no desentonar en ninguna parte. Pero también el color, que es en gran medida el color del paisaje y la textura, que la luz del sol sabe acariciar con especial cariño.

Las características que tiene que ver con la sostenibilidad las fuimos descubriendo poco a poco, a medida que profundizábamos en el estudio y el conocimiento del material. Descubrimos así una interesante red de experiencias y de bibliografía que nos ayudó a entender el material y a acometer pocesos experimentales a través de ensayos de laboratorio, confección de mezclas y granulometrías, comprobación de los parámetros de resistencia y comportamiento frente a la temperatura y la humedad, etc.

Por otra parte, siempre estamos pensando en el tapial en virtud de su comportamiento higrotérmico, su capacidad aislante y sus condiciones de resistencia y estabilidad. Pero hay otros, como su textura, el color, y su respuesta a la luz, que resultan extremadamente admirables. Es un material de una gran nobleza y, al tiempo, de una sencillez y proximidad que lo hace realmente atractivo.

I.F.: ¿En qué edificaciones crees que tiene un mejor encaje o rendimiento?

C.C: Consideramos que para conseguir buenos resultados se debería emplear preferentemente en obras de un cierto volumen, donde se precisen unas buenas condiciones de inercia térmica y donde la construcción de muros sea determinante. Como la composición de la tierra con la que se elabora el tapial puede ser muy variable de un lugar a otro, establecer una adecuada campaña de ensayos es necesario, y sólo resulta económicamente viable en construcciones de cierta entidad.

Si pensamos en tipologías, además de las tradicionales, siempre hemos considerado que sería el material perfecto para unas bodegas. Construyendo la piscina en esas tierras zamoranas, donde se elaboran los magníficos vinos con  denominación de origen de Toro, confiábamos en que nos acabasen encargando unas bodegas en tapial, pero todavía no llegó la oportunidad. Confiemos en que algún empresario se anime a ello.

I.F.: ¿El material puede estar viviendo una segunda juventud con el desarrollo de la arquitectura sostenible?

C.C: Es evidente que, de un tiempo a esta parte, desde muchos colectivos, no necesariamente profesionales, se está volviendo la mirada hacia la tierra como uno de los materiales de referencia. Hay un movimiento de acercamiento y debate en torno a ello, que a veces incluso peca de ciertas aproximaciones nostálgicas.

En cuanto al auge de la arquitectura sostenible, lo cierto es que demasiado a menudo las etiquetas resultan engañosas. La arquitectura sostenible será mucho más aquélla que se construya con sabiduría e inteligencia y se use de modo racional  que aquélla otra que confíe ese carácter a la acumulación de sistemas y materiales. Para ello, el concepto de la “huella ecológica” resulta de lo más pertinente. E insistimos mucho en el uso; un edificio no será sostenible por sí mismo, también requiere un uso sostenible.

I.F.: ¿Cuál es tu percepción de la arquitectura sostenible en la actualidad?

C.C: Tenemos nuestras precauciones. Nos interesa la arquitectura como arte y como responsabilidad social, y la buena arquitectura debe ser necesariamente sostenible. La arquitectura irrelevante o rutinaria con la etiqueta de sostenible no nos interesa lo más mínimo. Es evidente que, al hilo de las exigencias sociales, han surgido muchas respuestas oportunistas y, en algunos casos, bastante desvergonzadas.

Interior de la piscina de Toro hecha con tapial

I.F.: ¿Crees que ha aumentado la demanda de obras ecofirnedly? De ser así, ¿es porque ha cambiado la mentalidad de los ciudadanos o ha sido un cambio de oferta de la industria?

C.C: Consideramos que está aumentando, como no puede ser de otra manera. La sensibilización ciudadana impusa cambios normativos y la empresa reacciona. Estamos en un momento en que, tras la crisis de 2008 y la actual situación derivada de la guerra en Ucrania, la búsqueda de soluciones energéticas alternativas a las tradicionales, ya iniciada en las anteriores décadas, tomará un nuevo y, quizás, decisivo impulso.

La base de la sostenibilidad radica en gran medida en el uso de la energía: de dónde se obtiene, cómo se transporta, qué rendimientos ofrece y qué supone en términos de emisiones a la atmósfera y producción de residuos. El desarrollo de tecnologías limpias, como la fotovoltaica, augura un futuro prometedor para conseguir el autoconsumo y encarar un nuevo paradigma en torno a la edificación autosuficiente. Estaremos atentos a qué nos depara el futuro.

Muchas gracias Cristóbal, nos ha gustado mucho tu explicación sobre el tapial. Ver que de verdad no solo los ciudadanos optan por la arquitectura sostenible como base de sus proyectos es esperanzador.

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