La urgencia de promover la economía circular en la edificación, plasmada en el último informe de GBCe
La economía circular es, en la actualidad, un concepto de sobra conocido. Recuperación, reutilización y reciclaje de elementos… esa idea está, por fortuna, muy anclada en nuestra sociedad actual. Y, si lo aplicamos al sector de la construcción, esta idea cobra, si cabe, aún más importancia.
Y es que, si bien es cierto que la economía circular ha avanzado a un buen ritmo en otros sectores, en el de la edificación todavía queda mucho por hacer. Y así lo plasma el informe “Economía Circular en la Edificación”, elaborado por Green Building Council España (GBCe). También en las I Jornadas REGEN destacaban que, para hacer frente a los actuales problemas sociales y medioambientales, ya no es suficiente hablar de arquitectura sostenible sin tener en cuenta la cultura regenerativa.
Y, para transformar el modelo en todo el ciclo de vida de los edificios, es imprescindible implicar a todos los agentes involucrados.
Datos que reflejan el impacto del sector
Este informe, que reflexiona sobre la necesidad de transformar el sector hacia un sistema circular, muestra algunos datos realmente reveladores y alarmantes. Por ejemplo, en Europa los edificios representan el 40% de la energía total consumida y emiten un 36% de las emisiones de CO2. Además, entre el 10% y el 15% de los materiales se desperdician durante el proceso de construcción y el 54% de los materiales de demolición son enviados al vertedero
Estos datos demuestran la importancia y la urgencia de aplicar criterios de la economía circular en el sector de la edificación. ¿Cómo? Avanzando hacia un sistema circular en el que los productos, componentes y materias mantengan su utilidad y valor máximos en todo momento, con el fin de reducir los residuos al mínimo.
Abordando el concepto desde una perspectiva global
Pero no solo eso. Es fundamental abordar el concepto desde una visión global, más allá de los residuos y productos, para que esta transformación sea una realidad. Así, se debe pasar por distintos niveles para conseguir que los edificios y las ciudades integren sus principios, asumiendo estrategias para la transición.
En este sentido, la arquitectura circular consiste en diseñar pensando en todo el ciclo de vida de la edificación, incluyendo su futura reutilización o demolición. Por supuesto, es fundamental tener en cuenta la reutilización de materiales de construcción, y todos los elementos que se utilizan en el proceso. Y, aunque esta transformación no es sencilla, sí es necesaria, y debe impregnar a todo el sector.
Para ello, este informe pone también sobre la mesa la necesidad de contar con una hoja de ruta factible y creíble, capaz de detectar prioridades y la necesidad de cooperación entre todos los actores: desde los organismos oficiales hasta el usuario final, pasando por promotores, arquitectos, consultores, etc.
La transformación: un imperativo
La publicación forma parte de la serie de ‘Informes XL’ realizados por GBCe con el objetivo de posicionar al sector de la edificación ante los grandes retos globales y las necesarias transformaciones locales.
Está demostrado que el sistema actual, la llamada economía lineal, es ineficiente e insostenible en el tiempo ya que consiste en extraer, fabricar, usar y tirar. Dañino para las personas y el planeta, así como perjudicial para la continuidad de determinadas materias primas. Debemos cambiar esa mentalidad de “la cuna a la tumba”, por la de “la cuna a la cuna”. Se trata de un cambio de paradigma que es imperativo, y los datos así lo reflejan. Ojalá podamos ver pronto un informe sobre la evolución de la arquitectura circular