Escuela de Saint-Cyr-sur-Loire, un entorno sostenible para la infancia
Un precioso sendero entre árboles atraviesa un parque de la pequeña ciudad francesa de Saint-Cyr-sur-Loire. Si lo recorremos, llegamos a una escuela muy especial: sostenible en todas sus formas. El estudio de arquitectura Marjan Hessamfar & Joe Verons diseñó un espacio sostenible en medio del pequeño pulmón verde de la ciudad.
Siendo parte del proyecto urbano “Coeur de Ville II” de la ciudad, el centro escolar se integra en el paisaje, sin romper la línea de visión. Construido en una planta, aprovecha el desnivel para ubicar los volúmenes de mayor tamaño. El edificio se ubica en la parte posterior de la parcela, reduciendo el impacto visual y creando un agradable paseo entre los árboles hacia el colegio.
La escuela está compuesta por 13 aulas, una zona de recepción, un espacio de restauración y diversos espacios deportivos, ocupando un total de 1.807 m2. Las diferentes zonas se ubican en pabellones conformando una U que deja un espacio central, abierto a la tranquilidad del parque, que se utiliza como zona de juegos.
Diseño y construcción sostenible
Su construcción está pensada para generar el mínimo impacto e integrarse en el entorno. El edificio posee una estructura de madera laminada de abeto, hormigón y metal en la que deja a la vista voladizos con vigas de madera, separadas cada 60 centímetros, que conforman la cubierta plana ajardinada. Esta cubierta está diseñada para una mayor eficiencia energética, protegiendo a la fachada de los rayos del sol y creando galerías cubiertas en las que refugiarse los días de lluvia.
La elección de los materiales utilizados para la estructura tiene que ver con la resistencia y eficiencia del edificio. Con materiales menos costosos y ligeros, incluso impresiones de algunos elementos en 3D, optimizaron el tiempo de diseño y construcción, reduciendo la cantidad de desechos y emisiones de gases nocivos a la atmósfera, lo que hace que el proceso de construcción sea más sostenible.
La elección de materiales naturales, tanto para la estructura como para el mobiliario, ha ayudado a reducir el impacto medioambiental.
Eficiente, respetuoso y verde
El ahorro energético es otro de los puntos fuertes de esta escuela sostenible. Posee un sistema de renovación de aire optimizado para disminuir la emisión de CO2. La iluminación es de muy bajo consumo e inteligente, de forma que se adapta a la necesidad de luz de cada momento para reducir su uso.
El diseño de las zonas verdes que rodean la escuela está pensado para promover la biodiversidad del entorno. Pequeños montículos de jardín se elevan hasta la base de las ventanas, ampliando la sensación de cercanía del bosque. Se han conservado los árboles que ya existían, además de plantar más de un centenar de nuevas especies, regenerando el espacio.
Proyectos como el de la escuela en Saint-Cyr-sur-Loire ayudan a fomentar la arquitectura sostenible en espacios de especial relevancia, aquellos en los que la infancia pueda vivir de forma saludable y ayude a frenar el cambio climático. Y, además, contribuyen a concienciar sobre la importancia de cuidar nuestro planeta a los más pequeños y a educarlos en sostenibilidad. Esta escuela sostenible, sin duda educa con el ejemplo.