Eduardo Román: “Apostar por un edificio de consumo casi nulo es apostar por la eficiencia y la resiliencia.”
Esta semana hemos querido conversar con Eduardo Román, arquitecto que dirige Jenga Studio, un estudio especializado en el diseño de proyectos de construcción sostenibles y que incorporan estrategias bioclimáticas y pasivas con el objetivo de reducir el impacto ambiental. No os la perdáis:
Entrevista
¿Cómo definirías tu estudio de arquitectura?
Eduardo Román: Jenga Studio es un estudio que desarrolla proyectos de arquitectura bioclimática poniendo el foco en sistemas industrializados y baja huella en carbono. Nos preocupa especialmente la implantación de estos modelos arquitectónicos de baja inercia en climas cálidos.
¿En tus proyectos, qué proporción de importancia tienen conceptos como el confort, el coste o los materiales de kilómetro 0?
E.R: Cuando comenzamos un proyecto, todos esos conceptos están sobre la mesa, hay algunos que son más fáciles de alcanzar que otros. El confort no es negociable, todos los proyectos en los que intervenimos deben garantizar el confort interior.
En cuanto al coste, al vivir en una época con precios de construcción completamente descontrolados, la construcción industrializada nos aporta cierta estabilidad, y eso nos favorece.
Si hablamos de materiales, el tema se pone más complicado. Para los entramados ligeros solemos utilizar maderas nacionales (Castilla-La Mancha, Galicia, Pais Vasco). En el resto de casos, intentamos documentarnos en la trazabilidad y huella de carbono de los materiales, pero no siempre es posible.
Algunas de las obras de tu estudio Jenga están especializadas en construcción industrializada. ¿Por qué esa perspectiva de la arquitectura?
E.R: La construcción industrializada proporciona innumerables ventajas. A nivel de estudio, podemos tener proyectos mucho más controlados, con presupuestos sin grandes sobrecostes, y podemos reducir hasta en un 60% las direcciones de obra. Las obras hechas en taller tienen mejores condiciones laborales, menos accidentes y molestias a vecinos colindantes, mayor productividad y, sobre todo, las ejecuciones son más precisas, aportando calidad a la construcción. En materia de sostenibilidad y reciclaje no hay comparación, hay pocos desperdicios, el reciclaje se hace en el propio taller y el consumo de agua es casi nulo.
¿En qué medida crees que las casas pasivas y las estrategias bioclimáticas reducen el impacto ambiental?
Estos dos conceptos son claves para el futuro de la construcción. Este sector representa en torno al 40% de las emisiones de CO2 del planeta. Por tanto, que nuestros edificios sean eficientes y que los materiales que lo constituyen sean de origen biológico, reciclables y de baja energía embebida es imprescindible para reducir el impacto ambiental.
¿Qué materiales, tecnologías o técnicas constructivas ecofriendly destacarías más de tus obras?
En nuestros proyectos solo trabajamos con maderas certificadas de gestión forestal sostenible (FSC, PEFC) y aislamientos reciclables o de origen biológico (algodón reciclado, fibras de madera, etc). Un edificio industrializado se compone por capas, así que resulta sencillo que todos los materiales sean reciclados cuando termina la vida útil del mismo.
Contáis con varias certificaciones sobre construcción sostenible, ¿hasta qué punto crees que da seguridad para el cliente que una empresa cuente con estos sellos?
Hay empresas certificadoras que están haciendo un buen trabajo de formación y difusión de técnicas de construcción más sostenibles. Lo interesante de estas certificaciones es que están incorporando métodos de cálculo científico para cuantificar la eficiencia o la huella de carbono de las construcciones. Estas nuevas herramientas están ayudando a tecnificar las medidas que se toman en fase de proyecto para garantizar su funcionamiento en la vida útil del edificio. Además, esta tecnificación garantiza que los proyectos cumplan con la expectativa de los clientes que buscan casas eficientes o de bajo impacto ambiental.
¿Algún proyecto o proyectos que destaques especialmente? ¿Por qué?
Jenga Studio se creó hace relativamente poco y muchos de los proyectos todavía están en curso. Podemos destacar como proyecto reciente una vivienda pasiva industrializada en Punta Carnero (Algeciras), en un enclave único con vistas a África. El programa de la vivienda se basa en un diseño puramente bioclimático que aprovecha las inmejorables vistas.
Un aspecto interesante de este proyecto es el sobredimensionamiento de los entramados, que permiten una futura ampliación modular abordando una obra en un corto espacio de tiempo.
Otro proyecto que nos gusta mucho es Cocomare Beach Club, un establecimiento hostelero en el corazón de la playa de Rota, elaborado íntegramente en madera y completamente desmontable, minimizando el impacto ambiental de la playa.
En base a las peticiones de tu estudio, ¿crees que ha aumentado la demanda de obras de colaboración ciudadana? De ser así, ¿es porque ha cambiado la mentalidad de los ciudadanos o ha sido un cambio de oferta de la industria?
En la actualidad la demanda de obras de colaboración ciudadana es bastante escasa, al menos en la zona de Cádiz y Andalucía. También es cierto que nuestro estudio no está especializado en ese tipo de obras y no contamos con demasiada información al respecto.
¿Por qué recomendarías a tus potenciales clientes que apuesten por Edificios De Consumo Casi Nulo?
Apostar por un edificio de consumo casi nulo es apostar por la eficiencia y la resiliencia.
En un mundo en el que la energía cada vez es más cara y parece que las tendencias no van a mejorar, tener una vivienda con la máxima independencia energética es una apuesta bastante coherente.
¿Crees que el estándar Passivhaus es el que más ha puesto la arquitectura sostenible en el foro público? ¿Por qué? ¿Tal vez el esfuerzo de algunas administraciones como la UE?
Sin duda, el estándar Passivhaus ha tenido un papel importante en la difusión y la adaptación de normativas en materia de eficiencia energética. Pero es importante destacar que el estándar solo pone el foco en la eficiencia energética del edificio, obviando la huella de carbono del mismo o los materiales con los que se construye, aspecto fundamental para que un edificio sea sostenible.
En cuanto a la preocupación de la UE, sí que se percibe una preocupación por mejorar la eficiencia del parque edificatorio europeo. Esos esfuerzos vienen impuestos por la situación dramática que vivimos debido a los escasos cambios que se necesitan implementar para reducir las emisiones. El mundo está empezando a notar las consecuencias del cambio climático y apenas se han tomado medidas para contrarrestar sus efectos.
Gracias a Eduardo Román por dedicarnos su tiempo y permitirnos profundizar en su visión sobre la Arquitectura Sostenible, los materiales ecofriendly y la eficiencia energética.