Edificios sostenibles fabricados con cartón

Publicado el 28 marzo 2019

El cartón es un material que se encuentra muy presente en nuestro día a día; uno de sus usos más comunes es para la fabricación de cajas y embalajes. Sin embargo, el cartón es mucho más que eso, ya que también tiene una presencia importante en la arquitectura sostenible. Así, este material se une a otros como el corcho, que hasta el momento habían tenido una presencia meramente anecdótica en el ámbito de la construcción.

Las nuevas tendencias ecológicas y sostenibles dominan el paradigma futuro de la arquitectura, por lo que la utilización de este tipo de materiales será una constante. El cartón es un material grueso y resistente formado por varias capas de papel superpuestas. Por su definición, podemos predecir que su fabricación es asequible, lo que se convierte en una de las grandes razones que abanderan su empleo. Entre sus principales características se encuentran la ligereza, versatilidad y flexibilidad.

Además, el cartón es un material 100 % reciclable, y en muchos países es obligatoria su elaboración a partir de materiales reciclados.

Por sorprendente que parezca, existen ya varios edificios sostenibles construidos a base de cartón. Hoy os traemos dos ejemplos.

La Catedral de cartón de Christchurch

Uno de los principales valedores del cartón como elemento base en la arquitectura es el Premio Pritzker 2014, el japonés Shigeru Ban. Entre sus creaciones más importantes se encuentra la catedral de cartón en Christchurch, Nueva Zelanda.

El 22 de febrero de 2011 la ciudad neozelandesa de Christchurch sufrió un terremoto que alcanzó los 6,3 grados de magnitud. Las consecuencias del sismo a nivel arquitectónico fueron devastadoras. La catedral gótica de la ciudad fue uno de los edificios más castigados tras la catástrofe, por lo que fue demolida. Es en ese momento cuando Ban se encarga de levantar una nueva catedral empleando como material base el cartón, para reducir los residuos de la construcción.

Este vanguardista edificio de culto tiene forma triangular y está construido con 98 tubos de cartón, reforzados internamente con madera laminada. Su interior tiene capacidad para albergar a 700 personas y su principal característica es la vidriera de colores de forma triangular situada en la fachada. El paso de la luz a través de esta pantalla de múltiples gamas cromáticas hace que el espacio interior sea cálido, luminoso y acogedor.


Wikkelhouse, un referente sostenible, ecológico y vanguardista

No solo Shigeru Ban introdujo un material desechable y ecológico como es el cartón en sus proyectos. El estudio Fiction Factory de Ámsterdam, fundado por el diseñador Rick Buchter y el fabricante de envases de cartón René Snel, diseñó su Wikkelhouse tomando como inspiración una caja de tomates. Esta casa tiene un formato modular, el cual se erige como una tendencia al alza en línea con la arquitectura sostenible y preocupada por el medio ambiente.

La idea de la que surge esta ambiciosa y vanguardista casa modular es la caja indestructible en la que se portaban las frutas y verduras de la empresa René Snel. La empresa había inventado un molde mediante el que se revestían las cajas de múltiples capas de cartón, aumentando su resistencia. Así, en Fiction Factory decidieron trasladar al ámbito arquitectónico esta solución destinada al transporte de alimentos.

La Wikkelhouse es una casa modular e impermeable diseñada íntegramente con cartón reforzado con un total de veinticuatro capas de fibra virgen de este mismo material, procedente de árboles escandinavos. Cada módulo tiene una superficie de 5 metros cuadrados, que se pueden unir entre sí para adaptar la construcción a las necesidades del usuario.

Fuente: Wikkelhouse

Todos los materiales utilizados en la Wikkelhouse son reciclados y respetuosos con el medio ambiente. Además, la casa se puede reciclar al 100 % después de su uso. Su durabilidad ronda los 100 años y puede instalarse en tan solo un día. De momento, la casa está disponible en Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Francia, Reino Unido, Alemania y Dinamarca.

El verbo «wikkelen» significa en holandés envolver. De ahí proviene el nombre de este paradigma de la sostenibilidad que está llamado a marcar un antes y un después en la arquitectura sostenible y ecológica.

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