Eduardo Canals: “La Universidad debe dejar de vivir de la ilusión de que el arquitecto es una especie de Le Corbusier destinado a diseñar casas racionales y frías”
La arquitectura sostenible nace, claramente, de una necesidad: reducir la huella ambiental y plantear una arquitectura menos contaminante. Pero la arquitectura sostenible no se entiende sin la innovación. Porque nace del ingenio, de la creatividad, de la apuesta por otra forma de hacer.
Y, en este sentido, en esta ocasión tuvimos la gran oportunidad de entrevistar a Eduardo Canals, el CEO de ECODOME: una empresa que se dedica a la construcción de casas ecológicas. Eduardo Canals comenzó su carrera en la arquitectura sostenible, como tantos otros, tras la crisis económica de 2008, descubriendo una nueva forma de construir.
Entrevista
Isabel Fernández: Para empezar, ¿cómo has iniciado tu carrera en la arquitectura sostenible?
Eduardo Canals: Ha sido un proceso gradual. Al iniciar mi vida profesional, tenía claro que me interesaba la arquitectura orgánica, más relacionada con su impacto en el paisaje. Al poco tiempo, cuando me desplacé a vivir en Granada, entendí la importancia de la vivienda bioclimática, de un buen aislamiento, y de la ubicación y tamaño de las oberturas. A partir de la crisis del 2008, empecé a desarrollar la empresa ECODOME, y la enfoqué en la arquitectura sostenible y la arquitectura ecológica y la bioconstrucción.
I.F.: ¿Cómo nace ECODOME?
E.C.: ECODOME nace a partir de un cliente que me pide la construcción de una casa en sistema “super adobe”. El sistema es apasionante, y realizamos la mayor obra en superadobe de España, con 7 cúpulas de 4,5 m de diámetro. Fue una obra muy interesante, y a partir de esta experiencia, decidí no volver a construir con dicho sistema, pero investigar los sistemas de construcción con tierra. Al poco tiempo, en colaboración con la Universidad de Granada, nace el sistema ECODOME, de proyectado de tierra mejorada. Y decidimos dejar el estudio de Arquitectura en segundo lugar, e iniciar la experiencia como empresa de bioconstrucción.
I.F.: Decís que ayudáis a empresas para que aprendan a construir ecológico y sano. ¿Qué implica esta manera de construir?
E.C.: Implica dejar los terrenos seguros de la construcción con cemento y con materiales tóxicos. Por ejemplo, en lo que respecta a la vivienda sana, implica dejar la fibra de vidrio, dejar las pinturas plásticas habituales, el PVC, el poliuretano, y vigilar atentamente los materiales y productos que introducimos en la vivienda.
I.F.: ¿Con qué tipo de materiales sueles trabajar?
E.C.: Solemos trabajar con ladrillos tipo “termoarcilla”, con morteros de cal, con cal hidráulica NHL5, para uso estructural, con fibra de cáñamo, con perlita, con madera estructural, con tierra, con arcilla, con balas de paja, con yeso, con escayola…
I.F.: ¿De qué proyecto o proyectos os sentís más orgullosos?
E.C.: Acabamos de terminar dos proyectos de casas bioclimáticas en el País Vasco que están funcionando muy bien. También una rehabilitación muy hermosa en una urbanización en el norte de Madrid. En Almería también hemos realizado obras completamente ecológicas, muy impactantes. Esto respecto a estos últimos años.
Anteriormente, puedo citar las obras realizadas en el Parque Nacional de Sierra Nevada, como el Refugio de Postero Alto, el Hotel de Laroles, el Restaurante de Abla, y otras. Gracias a estas obras, la Unión Europea nos otorgó el premio EUROPA NOSTRA.
I.F.: Afirmas que, para ti, el diseño es un trabajo solitario, meditativo, que brota del interior al exterior. ¿Cómo es el proceso?
E.C.: A veces es realmente como un milagro. Hay muchas tensiones en la hoja de papel en blanco, y tengo que emborronar muchas hojas. Empiezo por la organización general, conexiones entre los espacios, niveles, jerarquías. Hay mucha información subyacente que está allí después de tantos años de profesión, que va brotando a medida que nacen las ideas, conjuntamente.
Las normativas vigentes, las demandas del cliente, el lugar, la pendiente del terreno, la orientación, el clima… ¡Hay tantos factores!
La parte final es la poesía. En ella entran otros factores más sutiles, que deben de insertarse con armonía, y que hacen que el proyecto se perciba como natural, algo que debía de ser así, tal cual, y que se inserta en el mundo con afecto.
I.F.: Según tu visión, ¿qué es una casa ecológica?
E.C.: Es una casa sana, realizada con materiales cercanos, si puede ser, con la tierra del lugar. Puede ser muy interesante reciclar materiales, carpintería, por ejemplo, debe insertarse en el paisaje sin demasiada dificultad, formando parte, y debe de poder envejecer, ser reutilizada, crecer, y morir, siguiendo su ciclo natural, sin demasiados restos no reciclables.
I.F.: ¿Por qué crees que se debería apostar más por proyectos de arquitectura sostenible?
E.C.: En la naturaleza todo lo que nace, animales, plantas, organismos, se pueden reintegrar después de su ciclo de vida. Si queremos que nuestra historia sea sostenible, que puedan continuar viviendo con calidad de vida nuestros hijos, y los hijos de los hijos de los hijos de nuestros hijos, estamos obligados a construir sostenible. La arquitectura es uno de los factores que más puede generar la destrucción del planeta.
I.F.: ¿Cuáles son, para ti, las asignaturas pendientes de la arquitectura sostenible?
E.C.: Integrar la arquitectura sostenible y la belleza y el paisaje. Desarrollar plenamente los planteamientos de la gran obra de CHRISTOPHER ALEXANDER: SISTEMA DE PATRONES EN LA ARQUITECTURA, y desarrollarlo plenamente en nuestras Universidades. Que la Universidad se abra a la Arquitectura Sostenible, y que deje de vivir de la ilusión de que el Arquitecto es una especie de Le Corbusier destinado a diseñar casas de diseño racionales y frías.
I.F.: ¿Y cómo ves el presente y el futuro de la arquitectura sostenible?
E.C.: Veo un gran futuro a la arquitectura sostenible. Espero que se den cuenta tanto los políticos como las Universidades. Por lo menos para acelerar el proceso.