Lila Herrera: “Nuestro sector tiene que cambiar radicalmente si queremos luchar contra el cambio climático”
En la línea que marcábamos en nuestros anteriores post de la UEM y la ETSAM dedicados al ámbito académico de la arquitectura, hemos tenido la suerte de contactar con Econova Institute of Innovation que es un centro de formación online (también semipresencial) especializado en formación en Arquitectura Sostenible y Eficiencia Energética, entre otras materias, como Títulos Propios del Instituto de Formación Continua (IL3) de la Universidad de Barcelona.
Charlamos con Lila Herrera Guzmán que es la directora de este centro y que lleva más de 10 años en el sector de la formación online en áreas de sostenibilidad y medioambiente.
Entrevista
Isabel Fernández: Lila, durante estos 10 años, ¿cómo ha cambiado la formación en áreas de Arquitectura Sostenible?
Lila Herrera: Hace 10 años fuimos de los primeros centros que impartían formación online en el sector de la construcción, específicamente impartíamos cursos en certificaciones energéticas y medioambientales como LEED y Passivhaus. En ese tiempo, los profesionales de la arquitectura y de la construcción empezaban a interesarse en formarse para aplicar técnicas y herramientas que permitieran alcanzar los objetivos de sostenibilidad y eficiencia en sus proyectos.
Poco a poco, se ha ido incrementando el nivel de formación en arquitectura sostenible, en general, de los profesionales, aunque todavía hay muchos arquitectos activos que no implementan, o no tienen en cuenta, el medioambiente en sus proyectos.
I.F.: ¿Por qué es importante actualmente la implicación de más arquitectos?
L.H.: Los números son sorprendentes. Según los últimos estudios del World Green Building Council, la construcción, junto con la vida útil de los edificios, es responsable de, al menos, un 39% de las emisiones anuales de carbono. Esto nos indica que nuestro sector tiene que cambiar radicalmente si queremos luchar contra el cambio climático. De este 39%, un 11% proviene del proceso de fabricación de materiales y de la construcción, y el otro 28% es generado por el mantenimiento de edificios, por ejemplo, la climatización e iluminación.
I.F.: ¿Cómo crees que la formación interviene en este proceso de cambio?
L.H.: La formación es fundamental. En Econova Institute, creemos que los arquitectos e ingenieros y/ o cualquier otro profesional de la construcción se pueden formar y obtener las acreditaciones medioambientales más reconocidas como el Passivhaus, BREEAM o LEED y aplicarlas en proyectos sostenibles, pero también estas certificaciones pueden servir como guías para proyectos que no buscan una certificación en particular, sino simplemente seguir una línea de diseño sostenible.
I.F.: ¿De qué otra manera ha cambiado la formación de arquitectura sostenible a lo largo de estos años?
L.H.: Pues hace 10 años, lo más importante era construir proyectos con criterios sostenibles, pero ahora vamos más hacia el camino de los edificios y ciudades inteligentes. El hecho de que sean inteligentes va a implicar que sean ecológicos en sí. Por ejemplo, en una vivienda equipada con sistemas inteligentes, el usuario puede programar, una hora antes de llegar, el que automáticamente se encienda la calefacción, lo que sería mejor que dejarla encendida todo el día.
Habrá más controles de confort térmico, calidad del aire, y un máximo ahorro de energía. Los avances en la domótica son cada vez más rápidos y avanzados y, por supuesto, todo el proceso de diseño será digitalizado, por ejemplo, con metodologías como BIM que permite ahorrar mucho en materiales y mejora los flujos de trabajo. Por otro lado, además de ver nuevos productos con menos consumos, estamos viendo actualmente más oportunidades en el autoconsumo o uso de renovables dentro del edificio, así como la posibilidad de contratar el suministro de energía con proveedores de los que la energía proviene de fuentes renovables.
I.F.: ¿Cómo ves el futuro de la arquitectura sostenible?
L.H.: Además de edificios inteligentes, como hemos mencionado antes, incrementarán los edificios, tanto de viviendas como de lugares de trabajo, en los que el diseño se enfoque más hacía el confort y el bienestar de sus inquilinos o trabajadores, así certificaciones como la WELL tendrán, sin duda, más popularidad. Solo hay que ver lo que está sucediendo hoy en día con la pandemia del COVID 19, para entender que en el futuro será muy relevante el control de la calidad de aire, el confort acústico y lumínico y, ahora, un nuevo concepto de distancia entre trabajadores.
Por otro lado, creo que certificados internacionales de sostenibilidad como el Living Building Challenge empezarán a ser implementados, y algunos promotores buscarán hacer edificios de oficinas, hoteles, y otros edificios de uso público, buscando lo máximo en sostenibilidad y, temas nuevos como la arquitectura regenerativa y la biofilia serán cada vez más importantes.
Al mismo tiempo, las grandes corporaciones, industrias y comercio, como parte de su estrategia de responsabilidad corporativa, desearán que sus marcas estén asociadas e identificadas con edificios de altas prestaciones en temas de sostenibilidad, y con edificios que no solo consuman energía, sino que, además, ofrezcan algún valor añadido a su entorno, como muestra de que la empresa que lo usa tiene valores.
Resumiendo, diríamos que, para viviendas y edificios como oficinas, se aplicará un diseño sostenible, digitalizado, y más eficiente y, sobre todo, regenerativo, que en lugar de consumir produzca su propia energía. El reto estará entonces en llegar a concebir barrios o “neighbourhoods” o “Smart cities” para ser transformados, diseñados o rehabilitados desde el principio con la sostenibilidad como eje principal.
Ahora, para cualquier profesional involucrado en la construcción debería estar preparándose para el futuro porque es un sector que está cambiando rápidamente, solo tenemos que mirar a la metodología BIM en los últimos cinco años para hacernos una idea, pero nuestro mensaje sería “nunca es tarde para empezar a pensar en sostenibilidad”.
I.F.: Lila, muchas gracias por tu tiempo. Nos apuntamos este último mensaje, confiando en que se incremente la formación de los profesionales del sector para que, más pronto que tarde, se llegue a una concienciación general de sostenibilidad en el sector.