La experta en edificios saludables, Marián Galindo, reflexiona sobre arquitectura y salud

Publicado el 26 febrero 2019

La arquitectura sostenible abarca, también, el diseño de interiores, la decoración, el mobiliario… Y es que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en espacios interiores. Por eso, tan importante como la construcción sostenible de edificios, es mantener un ambiente saludable en el interior de los mismos.

En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de entrevistar a una profesional referente en el ámbito de los espacios saludables. Arquitecta Superior con la especialidad de Urbanismo, Marián Galindo forma parte del estudio GMG Arquitectos. Su interés por el bienestar y la salud de las personas y el planeamiento le han llevado a desarrollar su experiencia y formación de posgrado en el ámbito del Diseño y la Construcción Saludable, y el Urbanismo.

Entrevista

Isabel Fernández: Para empezar, ¿cómo nace tu inquietud por la construcción sostenible?

Marián Galindo: En mi caso, llegué a la construcción sostenible desde la arquitectura saludable, ya que mi padre, el arquitecto senior del estudio, lleva dedicándose a la arquitectura y la salud desde hace más de 30 años. Solo es posible entender la sostenibilidad desde la salud de los usuarios y por eso la construcción sostenible está íntimamente ligada a la construcción saludable. No podemos conformarnos con hacer edificios bien construidos y que cumplan las necesidades básicas, debemos intentar que sean eficientes, sostenibles y, por supuesto, saludables.

I.F.: Profesional acreditada en WELL AP ¿qué significa e implica esta certificación?

M.G.: La certificación WELL, basada en el WELL BUILDING STANDARD, existe desde el 2014 y certifica aquellos espacios que contribuyen a mejorar la salud, el confort y el estado de ánimo de sus ocupantes a través de diferentes estrategias de diseño, construcción y gestión.

La certificación WELL AP acredita que un profesional posee un extenso conocimiento sobre el diseño de edificios saludables, y, en concreto, sobre la certificación WELL.

Para los profesionales que nos dedicamos a la arquitectura saludable la certificación WELL AP fue muy bien recibida, ya que, si bien existían certificaciones sobre sostenibilidad y eficiencia energética como LEED, o PassivHaus, no existía hasta ese momento ningún tipo de certificación sobre edificios saludables o que acreditara el conocimiento sobre su diseño.

I.F.: El estudio que fundó tu padre, GMG Arquitectos, cuenta con más de 30 años de experiencia. ¿Cómo ha evolucionado su filosofía, desde esos inicios, hasta convertirse en lo que es hoy?

M.G.: Con los años, además de poner la salud del usuario en el centro del diseño, hemos instaurado de forma determinante el objetivo de reducir el impacto de la edificación sobre el medio ambiente, durante su construcción y a lo largo de su vida útil y de reducir al máximo su consumo energético.

Además, disponiendo de las certificaciones WELL AP, LEED Green Associate y Passivhaus Designer, hemos podido ofrecer a nuestros clientes soluciones de salud, sostenibilidad y eficiencia energética que puedan ser valoradas de forma objetiva, algo difícil de conseguir hace unos años.

Proyecto de GMG Arquitectos – Restaurante EcoMoments Valencia

I.F.: GMG Arquitectos está especializado en “Edificios Saludables en los que vivir y trabajar”. ¿Qué factores diferenciales se establecen en el proyecto a nivel diseño y ejecución en una obra de estas características?

M.G.: Son muchos factores del entorno construido que tienen un impacto importante en la salud, el bienestar y la productividad de los usuarios. Durante el proceso de proyecto y construcción tenemos en cuenta todos esos factores, los analizamos y gestionamos para conseguir el entorno más saludable posible.

La diferencia con un proyecto tradicional es que, en un edificio saludable, ninguna decisión es irrelevante. Desde la elección del solar, hasta la elección de la pintura pasando por el diseño general, el tamaño y orientación de los huecos o las instalaciones, todo es importante. Como también es importante conocer desde el principio las preocupaciones y objetivos del cliente, y hasta donde está dispuesto a llegar.

I.F.: ¿Cómo se consiguen interiores saludables? ¿Con qué tipo de materiales soléis trabajar?

M.G.: La certificación WELL tiene en consideración más de 500 características divididas en 10 conceptos entre los que están, entre otros, la calidad el aire y del agua, el confort térmico y acústico, la luz o la elección de los materiales. Solamente teniendo en cuenta todas esas variables es posible conseguir interiores saludables.

Respecto a los materiales, lo que habitualmente funciona mejor es utilizar materiales lo más naturales posible, como madera o piedra para los pavimentos y revestimientos, lanas naturales o corcho para los aislamientos, cal en enlucidos y pinturas… Hay que evitar materiales de construcción elaborados con sustancias tóxicas como formaldehidos o ftalatos, y ahí entraría la importancia del etiquetado o certificación ambiental de cada producto. A veces puede sorprender que, a priori, materiales considerados inertes puedan obtener malos resultados y viceversa.

Proyecto de GMG Arquitectos – Vivienda saludable

I.F.: Además de los evidentes beneficios para la salud, ¿qué otras ventajas ofrecen las viviendas saludables?

M.G.: Los edificios saludables no solo promueven la salud de sus usuarios, sino que gracias a su diseño mejoran su confort y su estado de ánimo. Pasamos casi el 90% de nuestro tiempo en espacios interiores, repartido entre nuestra casa y nuestro lugar de trabajo, por eso debemos preocuparnos de uno y de otro de la misma forma. Y eso es algo que no solo debe preocupar a los usuarios, sino también a las empresas, ya que el estado de ánimo de los trabajadores influye, y mucho, en su creatividad y productividad. Y, por ello, en la rentabilidad y competitividad de la empresa.

I.F.: ¿Crees que estamos concienciados, en general, con la importancia de la sostenibilidad y las ventajas que conlleva?

M.G.: Lo sostenible y lo saludable está empezando a ser una preocupación en nuestro día a día. Nos preocupamos de si lo que comemos es ecológico, de temporada o de km 0. Nos preocupamos de nuestro cuerpo, de mantener nuestra forma física y nuestro equilibrio mental… Y también estamos empezando a preocuparnos de la energía que consumimos y nuestro impacto en el medio ambiente. La evolución en los últimos años ha sido enorme, y esa preocupación se está trasladando poco a poco a los edificios. Cada vez son más las personas que piensan en su salud también cuando van a construir o reformar sus viviendas.

I.F.: ¿Hacia dónde va, para ti, el campo de la arquitectura sostenible?

M.G.: Creo que la evolución vendrá a través de nuestro propio ego. ¿Por qué? Porque lo sostenible es importante para nuestro futuro, para nuestra salud, para nuestra economía, para nuestra calidad de vida, para nuestros hijos… Y, por lo tanto, evidentemente importante para nosotros.

Además, me gustaría que las personas y las administraciones nos diéramos cuenta de lo relevante que es reflexionar sobre nuestros edificios porque, al final, son nuestro hábitat natural. En ellos vivimos, estudiamos y trabajamos, y debemos concebirlos de forma que sumen y no resten. De forma que mejoren nuestra calidad de vida. Solo la arquitectura sostenible y saludable es la arquitectura inteligente para el mundo en el que vivimos y, sin duda, para el mundo que está por venir.

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