Los SCRAP y la arquitectura sostenible: hacia una gestión circular de los materiales

Publicado el 28 mayo 2025

En la transición del sector de la construcción hacia un futuro donde se reduzca al máximo su impacto ambiental, surgen múltiples herramientas. Es aquí donde entran en juego los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor, más conocidos por sus siglas: SCRAP.

Estos sistemas representan una vía clave para cerrar el ciclo de vida de los materiales, alineando las prácticas constructivas sostenibles con los principios de la economía circular. A continuación, analizaremos el papel de los SCRAP en la arquitectura sostenible, su evolución normativa y sus implicaciones para los arquitectos y profesionales del sector.

Imagen: Voyagerix vía Getty Images.

Las múltiples facetas de los SCRAP

Los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor nacen del principio de que los fabricantes deben responsabilizarse del impacto ambiental de sus productos más allá del momento de su venta.

En vez de delegar la gestión de los residuos en las administraciones o los consumidores finales, los productores se agrupan en entidades que se encargan de la recogida, el reciclaje y la valorización de los productos al final de su vida útil. Esta estrategia, ampliamente extendida en sectores como los envases (Ecoembes, Ecovidrio) o los electrodomésticos (Ecolec, Ecoasimelec), ha comenzado a tomar fuerza en la construcción.

En el contexto de la arquitectura sostenible, los SCRAP permiten repensar el uso de los materiales desde una lógica circular. Actualmente, no todos los productos de construcción están cubiertos por SCRAP, pero se están creando y regulando sistemas colectivos para la gestión de todos los residuos. Algunos de los materiales que ya están incluidos en esquemas de gestión colectiva son:

  • Pinturas, barnices y disolventes.
  • Materiales aislantes.
  • Puertas, ventanas y carpinterías.
  • Envases de productos químicos y de construcción.

Esto obliga a todos los actores involucrados en un proyecto a tener en cuenta la trazabilidad y el futuro tratamiento de los materiales que se vayan a emplear desde la fase de diseño. El objetivo final es reducir su impacto ambiental y fomentar su reincorporación al ciclo productivo.

La importancia de los SCRAP en la arquitectura sostenible

Hoy en día, la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular es la que establece la obligación de que ciertos productos de construcción estén sujetos a estos esquemas de responsabilidad antes de que termine 2025. Esto ha supuesto un impulso decisivo para su próxima implementación en todos los recursos que se emplean en el sector.

Además, el nuevo Reglamento Europeo de Productos de Construcción prevé reforzar los requisitos sobre reciclabilidad, reutilización y responsabilidad del productor. Esto significa que en el futuro será cada vez más habitual encontrar productos con obligaciones de retorno.

Desde la óptica de la sostenibilidad, los SCRAP tienen un impacto positivo en varios frentes:

  • Trazabilidad y transparencia: los productos incorporan información clara y verificable sobre su composición, reciclabilidad y destino final.
  • Fomento del ecodiseño: los fabricantes se ven incentivados a crear productos más duraderos, reparables y fácilmente reciclables.
  • Reducción de la huella ambiental: al organizar el retorno de los materiales, y además de forma diferenciada, se minimizan los residuos y las emisiones asociadas a su eliminación. De esta forma, se fomenta también su reaprovechamiento.
  • Contribución a certificaciones ambientales: muchos sellos, como LEED, VERDE o BREEAM, valoran positivamente la utilización de materiales gestionados mediante sistemas de responsabilidad ampliada.
Imagen: Pranithan Chorruangsaks.

Implicaciones para los profesionales del sector

Para arquitectos, técnicos y empresas de construcción, los SCRAP traen consigo nuevos criterios para tener en cuenta en la fase de prescripción, contratación y seguimiento de obra:

1. Selección de materiales

  • Comprobar si los productos están adheridos a algún SCRAP.
  • Valorar positivamente productos con trazabilidad y plan de retorno.
  • Consultar a proveedores sobre su cumplimiento de la Ley 7/2022.

2. Gestión de residuos en obra

  • Planificar la recogida diferenciada de residuos mediante los sistemas establecidos por los SCRAP.
  • Coordinar con los SCRAP la recogida de residuos específicos como disolventes, envases o aislamientos.

3. Justificación de sostenibilidad

  • Incluir estos criterios en las memorias justificativas para certificaciones ambientales.
  • Comunicar el cumplimiento normativo y ambiental al cliente.

Por ello, es recomendable que los arquitectos y otros técnicos se familiaricen con el funcionamiento de los SCRAP, para incorporarlos en todas las fases del proyecto. En este sentido, algunas recomendaciones que deben tenerse en cuenta son:

  • Consultar el Registro de SCRAP oficiales para asegurarse de que los productos que se utilicen están cubiertos.
  • Incluir cláusulas en los pliegos de condiciones para que los contratistas cumplan con la normativa sobre residuos y SCRAP.
  • Formarse en gestión circular de materiales, ya que esta será una cuestión clave en futuras normativas y ayudas públicas.

Retos y perspectivas de futuro

Aunque el despliegue de los SCRAP en el sector de la construcción aún está en sus primeras fases, lo cierto es que ya han surgido algunos retos vinculados a su aplicación:

  • Cobertura parcial: no todos los productos están cubiertos por sistemas colectivos, por el momento, lo que dificulta la trazabilidad completa.
  • Desigual implantación: algunos de los SCRAP que ya están cubiertos están más desarrollados que otros, lo que genera cierta incertidumbre.
  • Homologación técnica: es necesario que los SCRAP trabajen en coordinación con los estándares técnicos del sector para garantizar la compatibilidad de los materiales reciclados.
  • Sensibilización profesional: los agentes del sector deben conocer las implicaciones y oportunidades de estos sistemas para incorporarlos de forma efectiva a su actividad.

En el medio plazo, se espera que los SCRAP se consoliden como una infraestructura esencial para alcanzar los objetivos climáticos y de circularidad del sector de la construcción, especialmente en el contexto del Green Deal europeo y la Estrategia de la UE sobre Entornos Construidos Sostenibles.

Estos sistemas suponen una transformación estructural en la forma en la que concebimos los materiales de construcción: ya no como productos desechables, sino como recursos en continua circulación. Aunque su aplicación práctica aún está en evolución, su desarrollo será clave para impulsar una transición real hacia un sector constructivo más justo, eficiente y comprometido con los desafíos del siglo XXI.

Categorias relacionadas: Actualidad, Materiales, Otros

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *