El reciclaje como forma de construir
En el mundo, cada año se desperdician miles de toneladas de residuos, que, con una profunda reconfiguración de los sistemas productivos y constructivos, podrían reutilizarse y reciclarse. La aplicación de una mentalidad enfocada en la economía circular de la renta debe ser la prioridad no solo de los prescriptores y constructores del futuro, sino que es vital hacerlo en la actualidad. No se trata de una quimera; muchos proyectos, cada vez más, están utilizando materiales sostenibles para la construcción. Como demostración, hablaremos de ejemplos de viviendas que están edificadas con componentes reciclados y reutilizados.
Botellas de plástico
Gracias a la reutilización de alrededor de 600.000 botellas, la empresa JD Composites ha logrado construir viviendas habitables, sostenibles y resistentes. Sus proyectos nacieron en Canadá, pero ya han cruzado el charco y en Reino Unido se están instalando casas fabricadas con su tecnología.
La clave de su modelo de negocio radica en la espuma de PET (tereftalato de polietileno), de la que están hechas muchas de las botellas de plástico que cada año se fabrican. El proceso parte de la trituración de las botellas: se calientan hasta que se derriten en grandes hornos especializados y con el material resultante se fabrican pequeñas bolitas diminutas. La unión de esas esferas es el componente final con el que se construyen las casas; con paredes de losas de plástico de 15 cm de espesor capaces de aguantar vientos huracanados. Además, las casas resultantes tienen gran capacidad no solo de resistencia al viento, sino también a altas temperaturas.
Imagen obtenida de JD Composites
Contenedores marítimos
La vida útil de un contenedor marítimo va, según su composición, de entre 7 y 14 años; una vez pasa ese periodo de tiempo, suele convertirse en basura. Gracias al auge de la arquitectura modular y las construcciones prefabricadas, algunos estudios como Custom Shipping Container Building han decidido reutilizar los contenedores para convertirlos en casas de fabricación rápida y barata.
Una casa de unos 30 metros cuadrados perfectamente habitable cuesta unos 30.000 euros. Pero esta técnica puede combinarse para conseguir viviendas mucho más amplias y lujosas utilizando, del mismo modo, contenedores marítimos reciclados. La forma del contenedor facilita su transformación en una casa viable al mismo tiempo que se puede unir perfectamente con otros contenedores; y su material, preparado para ir de barco en barco, es resistente y seguro.
Imagen obtenida de Custom Shipping Container Building
Latas de cerveza
Una de las mayores atracciones turísticas de Houston, Estados Unidos, es la casa construida con latas de cerveza. Su creador, John Milkovisch, fue un jubilado tejano que desde los años 70 fue erigiendo alrededor de su casa una estructura compuesta por latas de cerveza que iban a terminar en la basura.
Como las latas son un producto perecedero por culpa de la oxidación, la vivienda requiere de grandes labores de mantenimiento y sustitución de las latas. Una vez falleció el autor, los hijos decidieron convertir su antigua casa en un referente turístico y arquitectónico, y así preservar la gran obra de su padre.
Imagen obtenida de The Beer Can House
Tuberías de hormigón
Muchas grandes infraestructuras del urbanismo de cualquier ciudad, debido al avance de la tecnología y el descubrimiento de materiales innovadores, quedan desfasadas y, en diversas ocasiones, incluso abandonadas. Las grandes tuberías de hormigón en la ciudad de Hong Kong vivieron esa situación. Sin embargo, el estudio de arquitectura James Law Cybertecture decidió darles una segunda oportunidad como microcasas.
El proyecto, denominado OpodHouse, buscaba combatir la problemática de conseguir una casa en un lugar tan masificado como la ciudad china, cuya reducida cantidad de terreno construible encarece enormemente el mercado de la vivienda. Estas microcasas nacen como alternativa sostenible y asequible para visitantes o estudiantes. El hormigón es un material históricamente viable para la construcción, con grandes capacidades termoacústicas y muy resistente al paso de los años.
Imagen obtenida de James Law Cybertecture
Estos ejemplos evidencian que lo que hoy en día puede considerarse basura, en un futuro, o incluso en la actualidad, puede ser material constructivo perfectamente factible. Solo hace falta la aparición de un nuevo modelo constructivo o una chisca de imaginación aplicada a la arquitectura. El futuro está en el reciclaje y en la circularidad.