La ciudad contenedor

Publicado el 27 octubre 2022

La urbe contenedor a la que nos referimos no es aquella que recibe desperdicios de otros lugares, tampoco es que siempre esté muy sucia, es una ciudad literalmente hecha con contenedores reciclados, una ciudad contenedor. Se trata de una apuesta de principios de siglo que, después de más de 20 años de existencia, puede responder con seguridad a la pregunta que nos hacíamos desde Arquitectura Sostenible: ¿Pueden ser los contenedores marítimos viviendas sostenibles? La respuesta es sin duda que sí, aquí os contamos la historia de la Container City.

Imagen del bloque Container City II, obtenida de la web Trinity Buoy Wharf

De la depresión a ejemplo de reconversión

Las grandes metrópolis siempre cuentan con diferentes núcleos de población: desde los más céntricos, turísticos y cuidados hasta los más alejados y abandonados pasando por las zonas de barrio-dormitorio. En Londres no es diferente y el área de Trinity Buoy Wharf llevaba años sin recibir nuevos proyectos y financiación que le hicieran progresar.

Este barrio en forma de península y ubicado en el río Támesis se convirtió, por las condiciones mencionadas anteriormente, en el lugar perfecto para que el estudio de Nicholas Lacey & Partners lo convirtieran en un gran experimento social y arquitectónico: construir varios bloques de vivienda únicamente con contenedores marítimos. La naturaleza industrial del barrio y su proximidad a la zona portuaria londinense encajan a la perfección con la estética que propone el estudio, muy enlazada con la temática marina. Por otro lado, la existencia en las cercanías de contenedores, el material sostenible para la construcción que utilizan, minimiza el gasto en la edificación, pues se ahorran gran parte del transporte y las externalidades derivadas del mismo.

Construcción

El proyecto inicial, denominado Container City I, comenzó en 2001, y en menos de 5 meses, la obra ya estaba completada. La infraestructura contaba con 12 estudios en unos 450 m2 divididos, en 3 plantas. En el año 2003, gracias al éxito que había tenido el proyecto se sumó otra planta más al Container I. Lo mismo ocurrió con Container City II, otra construcción anexa que se erigió en el año 2002 con mayores especificaciones y comodidades: ascensor, puentes comunicantes, acceso a para discapacitados…

Esta segunda tanda de contenedores reutilizados en espacios habitacionales se hizo en un tiempo aún más récord que el anterior: 8 días. La edificación, de 900 m2 para 22 estancias, también corrió a cargo del estudio de Nicholas Lacey & Partners, que con esta nueva ampliación consolidó a Trinity Buoy Wharf como referente de la reconversión arquitectónica de un barrio concreto. “Probablemente Container City 2 sea el edificio de contenedores más reconocible del mundo, en especial, por sus colores brillantes diseñados para reflejar la naturaleza creativa de quienes ocupan sus 22 estudios”, afirman desde Nicholas Lacey & Partners.

Imagen del bloque Container City I obtenida de la web Trinity Buoy Wharf

Un modelo de negocio a escala

Con el paso de los años y tras el éxito de la Container City, el mencionado promotor de las construcciones decidió centrar gran parte de su negocio en los contenedores como alternativa habitacional. De hecho, poco a poco han perfeccionado el sistema de construcción para seguir mejorando en eficiencia y eficacia, ahorrando gastos y contaminación al planeta, así como optimizando su modelo de negocio.

El proyecto de la Container City, y cómo esta iniciativa ha pasado de un mero experimento a una compañía a escala y rentable en base a la Arquitectura Sostenible, es fiel reflejo de las tendencias constructivas que se imponen en la actualidad: las tres erres y la apuesta por materiales ecofriendly.

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