La madera: un material clave para abordar la biohabitabilidad en la arquitectura sostenible

Publicado el 24 marzo 2025

La madera es uno de los materiales insignia de la arquitectura sostenible por sus múltiples propiedades, entre las que destaca su capacidad de aislamiento térmico y acústico, esencial para mejorar la calidad de los ambientes interiores y contribuir al bienestar de quienes ocupan esos espacios.

Su uso en la construcción sostenible está estrechamente relacionado con la biohabitabilidad, un enfoque, tendencia este año, que aborda, de forma integral, los aspectos ecológicos, económicos y sociales de los espacios construidos. Esto es posible gracias a sus propiedades, que favorecen la creación de entornos saludables, equilibrados y armoniosos.

A continuación, vamos a enumerar algunos de los principales beneficios que ofrece este material para lograr una biohabitabilidad idónea, incluyendo ejemplos de proyectos para cada uno de ellos.

1. Regulación natural de la humedad

Una de las propiedades más conocidas de la madera es su capacidad para absorber y liberar humedad de forma natural. Esta característica ayuda a prevenir la condensación excesiva y la proliferación de moho en los espacios interiores, mejorando la calidad del aire y reduciendo el riesgo de contraer problemas respiratorios.

El edificio Treet, ubicado en Bergen (Noruega), se sitúa entre los rascacielos de madera más altos del mundo. Este impresionante edificio aprovecha las propiedades higroscópicas de este material para crear un clima interior agradable para sus ocupantes.

2. Impacto positivo sobre el bienestar de las personas

Según un estudio de The Journal of Biophilic Design, los materiales naturales, como la madera, pueden aumentar hasta en un 15% la sensación de bienestar y reducir el estrés al evocar la tranquilidad de la naturaleza. Este impacto sobre la salud de las personas se traduce en la reducción de estrés, la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Sus tonos cálidos y su textura generan una sensación de calma, lo que mejora el confort psicológico de los habitantes.

El Maggie’s Centre, situado en Oldham (Reino Unido), es un ejemplo perfecto de cómo la madera puede conseguir este efecto. Diseñado por dRMM Architects, su uso sirve para potenciar una atmósfera acogedora y relajante en un espacio destinado a la recuperación de pacientes oncológicos.

Maggie’s Centre. Imagen: dRMM Studio.

3. Mejora de la calidad del aire interior

Una ventilación insuficiente de la vivienda, derivada de un diseño arquitectónico que no la haya tenido en consideración, o de la contaminación generada en el interior por los materiales con los que se ha construido, entre otras causas, puede ocasionar graves problemas de salud para sus ocupantes.

A diferencia de otros materiales sintéticos que pueden liberar compuestos orgánicos volátiles (COVs), la madera sin tratamientos químicos agresivos contribuye a mantener el aire interior más limpio y saludable.

Este recurso tiene la capacidad de filtrar ciertas partículas y absorber contaminantes, por lo que ayuda a mantener un ambiente libre de agentes nocivos. El edificio del Aula de naturaleza de Franqueses del Vallés, construido con madera sin aditivos tóxicos, es un buen ejemplo de ello.

4. Reducción de la contaminación acústica

La contaminación acústica representa el segundo factor de riesgo ambiental más dañino, solo por debajo de la contaminación del aire. Por ello, es muy importante controlar el exceso de ruido a través de un aislamiento acústico sostenible.

En este sentido, la madera es una gran aliada, ya que actúa como un excelente regulador acústico, absorbiendo y difuminando el sonido de manera natural. Esto reduce la reverberación y mejora la inteligibilidad de la palabra, generando ambientes interiores más confortables y menos estresantes.

La Filarmónica de París, diseñada por Jean Nouvel, es un proyecto que demuestra el potencial de este material para optimizar la calidad sonora y crear un ambiente auditivamente equilibrado.

Filarmónica de París. Imagen: María de la Paz.

5. Equilibrio térmico y sensación de confort

Gracias a su baja conductividad térmica, la madera contribuye a mantener temperaturas interiores estables sin generar sensación de frío o calor excesivo. Esto reduce la necesidad de sistemas de climatización artificial, además de generar una sensación de confort térmico natural.

El Centro de Innovación de Madera en Prince George (Canadá) es un buen ejemplo del aprovechamiento de la inercia térmica de este recurso natural para garantizar un ambiente interior confortable durante todo el año.

En conclusión, la madera es un material idóneo para mejorar la calidad ambiental de los espacios interiores, ofreciendo ventajas que van más allá de la sostenibilidad y el diseño. Para que este material contribuya plenamente a la biohabitabilidad, es esencial que su origen sea responsable y su procesamiento no incluya sustancias tóxicas.

Optar por madera certificada, utilizar acabados naturales y evitar adhesivos con compuestos nocivos son algunas de las principales claves para tener en cuenta a la hora de escoger este material para maximizar sus beneficios en la arquitectura.

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