El primer hotel del mundo con energía positiva abrirá sus puertas en Noruega

Publicado el 27 febrero 2018

Como decíamos en un post anterior, el 2017 fue el año del turismo sostenible. Son muchos y cada vez más los ejemplos de hoteles sostenibles, y en esta ocasión queremos hablaros de una interesante e innovadora apuesta que se llevará a cabo en Noruega.

2021 es el año en el que el proyecto de Svart, el primer hotel del mundo que genera más energía de la que consume, verá la luz. Y lo hará en el municipio noruego de Meloy, al norte del Círculo Polar Ártico.

Se trata de la construcción del primer edificio bajo los estándares del Powerhouse en un clima nórdico. ¿Qué significa esto? Que será un edificio completamente sostenible, ya que contará con un consumo anual un 85% menor que un hotel moderno. Y, además, producirá su propia energía.

© Fotografía de Snohetta con fines puramente informativos

 

Así, al pie del glacial Svartisen, el estudio de arquitectura Snøhetta -en colaboración con Arctic Adventures of Norway, Asplan Viak y Skanska– ha diseñado Svart, el primer hotel Powerhouse del mundo. Esta maravilla de la arquitectura forma parte, además, de las Plus Houses, un tipo de edificaciones que, en el curso de 60 años, generará más energía renovable que la que consume. Es más; superará el total de energía que utiliza diariamente, la consumida durante la construcción y la producción de los materiales, e incluso la que se derivaría de demoler el edificio.

Tras una investigación sobre el comportamiento de la radiación solar en relación con el contexto montañoso en el que se ubica el hotel, los arquitectos procedieron a diseñarlo. Teniendo en cuenta el movimiento del Sol y la incidencia de los rayos en el lugar, se optó por una estructura circular, para optimizar la utilización de energía. Así, las habitaciones del hotel, los restaurantes y las terrazas «están ubicados estratégicamente para explotar la energía del Sol durante todo el día y las estaciones». Además, el techo del hotel está revestido de paneles solares que proporcionarían niveles óptimos de luz a lo largo del día y en las diferentes estaciones del año.

En verano, los huéspedes podrán disfrutar del entorno en las terrazas empotradas que se construirán a lo largo de la fachada. Éstas, además, darán sombra a las habitaciones; lo que evitará el uso de sistemas de enfriamiento artificiales. Y, en invierno, un gran ventanal facilitará la utilización de energía solar térmica para las diferentes estancias.

© Fotografía de Snohetta con fines puramente informativos
Una apuesta por el turismo sostenible

Ejemplo de turismo sostenible, su forma circular se extenderá desde la costa, al pie de la montaña Almlifjellet, hacia las aguas cristalinas del fiordo Holandsfjorden. Gracias a su diseño, se podrán divisar unas excepcionales vistas panorámicas del fiordo, ofreciendo a los visitantes una increíble experiencia en convivencia con la naturaleza. De hecho, sólo se podrá acceder al hotel desde el agua, por lo que ya se está construyendo un barco de “energía neutra” para llegar a él desde la ciudad de Bodø.

Tal y como plantea el estudio de arquitectura, la construcción de un hotel de energía positiva y de bajo impacto, es una apuesta clara por un destino turístico sostenible, en armonía con el entorno. Y es que, Arctic Adventure of Norway, la compañía detrás de Svart, tiene la ambición de «convertirse en pionera del turismo sostenible en el norte de Noruega».

© Fotografía de Snohetta con fines puramente informativos

 

Además, hacen un guiño a la arquitectura local, pues «la construcción está inspirada en la arquitectura vernácula en forma de fiskehjell (una estructura de madera en forma de A para el secado de pescado) y el rorbue (un tipo tradicional de casa de temporada utilizada por los pescadores). La referencia al rorbue se nota en la estructura de soporte del hotel, construida a partir de postes de madera resistentes a la intemperie que se extienden varios metros debajo de la superficie del fiordo. Los postes aseguran que el edificio tenga una huella física mínima en la prístina naturaleza, y le proporcionan una apariencia casi transparente», afirman desde Snøhetta.

Este proyecto de edificación circular en nada menos que el Círculo Polar Ártico es ejemplo de cómo un hotel puede ser sostenible, pero también una apuesta por un tipo de turismo más respetuoso con el medio ambiente. Una noticia para aplaudir y, por qué no, para imitar.

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