La recuperación europea más sostenible
Para un futuro sostenible es imprescindible la colaboración entre los agentes sociales, las administraciones públicas y la ciudadanía. Desde la Unión Europea se han puesto en marcha los bonos verdes Next Generation EU. Porque esta recuperación de la pandemia que acabamos de vivir debe tomar un cariz esencial para la supervivencia del ser humano en el planeta: la sostenibilidad.
Suficiencia de los fondos
Los fondos europeos supondrán la mayor inversión de la historia en cualquier lugar del mundo que se dedique exclusivamente a finanzas verdes, destinadas a financiar iniciativas con un objetivo de desarrollo sostenible. Con estas inversiones, la Comisión Europea se convertirá en la mayor institución emisora de bonos verdes de todo el globo. La primera partida ya se ha iniciado con la intención de recaudar 2.500 millones de euros.
El desembolso total que Europa tiene previsto llegará hasta de 800.000 millones de euros. De esa cantidad, un 30% irá destinado a proyectos ecológicos, unos 250.ooo millones. Esta primera hornada de bonos tienen una duración de 15 años, como parte de la financiación a medio plazo de la recuperación europea. La primera oferta que ha salido al mercado de subastas ha sido contestada por una demanda 11 veces mayor. Esta situación expone la predisposición de los inversores a financiar las iniciativas sostenibles en la Unión Europea.
La inundación de bonos verdes no se queda ahí. En el largo plazo, la Comisión tiene previsto emitir 50.000 millones en el periodo enero-junio de 2022. La iniciativa de los fondos Next Generation se complementa con otras iniciativas económicas de la Unión Europea para abordar los problemas financieros del siglo XXI. Ejemplo de ello es la creación de una criptomoneda propia, la EU-bills, que permita intervenir ese mercado tan nuevo, moderno y desconocido a partes iguales.
Naturaleza de los bonos verdes
La principal diferencia de estos fondos europeos con respecto a los corrientes es la legislación que les acompaña. Todos los bonos verdes deben ser invertidos en causas sostenibles que mejoren las vidas de los ciudadanos europeos. La regulación sobre el destino de los fondos será dictaminada por un comité independiente de expertos. Esta comisión independiente avogará por un buen uso de los bonos y realizará un examen exhaustivo de todo el proceso con la mayor transparencia posible para con los inversores.
Existen muchos mercados que son potencialmente transformables en sostenibles. Los principales sectores productivos a los que irá destinada la financiación serán la construcción ecológica, el descenso de la huella de carbono, una mejora del paradigma de la recogida de residuos tradicional y el fomento de las energías renovables. Por ejemplo, algunas de las inversiones confirmadas por parte de este “Fondo de Recuperación y Resiliencia” las protagonizan una plataforma de investigación para la transición energética en Bélgica o la construcción de parques eólicos terrestres en Lituania.
Un ejemplo de cocreación
Todas las iniciativas de los bonos verdes están realizadas en colaboración otros organismos mundiales como la Plataforma Internacional de Finanzas Sostenibles. Gracias a esta cooperación todo el contenido operacional queda dotado de un mayor nivel de credibilidad con los inversores y la ciudadanía. El objetivo que ambas organizaciones tienen en común es promover, en Europa y el resto del planeta, un sistema internacional de finanzas sostenibles. La consecución de sus logros permitiría que el mercado económico mundial fuera sólido a la par que beneficioso para el medio ambiente.
Es misión de todos dejar a las generaciones venideras un mundo mejor del que hemos recibido. Para ello es imprescindible que la sociedad civil y las instituciones empresariales y públicas aúnen esfuerzos y así lograr una Europa más sostenible y ecológica.