La segunda vida del cuero como aislante térmico y acústico

Publicado el 14 noviembre 2022

La industria del cuero es una de las más antiguas que existen en la historia de la humanidad. Cuando aún vivíamos como nómadas y no conocíamos el arte de la agricultura, la caza de animales era una parte fundamental para la supervivencia. Normalmente, analizamos las cacerías por la cantidad de carne que otorgaba a nuestros antepasados; sin embargo, las pieles y los cueros de los animales ya eran muy apreciados para vestir, pero también como material constructivo.

El cuero en la historia de la construcción

Antes de asentarse en un mismo lugar durante largos periodos de tiempo, e incluso después, hasta la normalización de la madera y la piedra como materiales constructivos, el cuero era parte fundamental de las caravanas itinerantes de los humanos prehistóricos. De forma muy similar a las tiendas de campañas actuales, las pieles de grandes animales, como mamuts o elefantes, eran perfectas para estos usos.

Con el descubrimiento de las cuevas, el cuero no quedó apartado de la industria constructiva, sino que comenzó a utilizarse como un componente aislante a la par de decorativo o como puerta de entrada al refugio. El cuero también se erigió como un material perfecto para utilizar en las primeras técnicas de unión de otros materiales como piedra y madera. Más allá de la construcción, el cuero era muy preciado por su uso en la fabricación de mazos, hachas, raspadores, elementos de labranza y herramientas; todas ellos herramientas vitales para el día a día.

Evolución y actualidad

Con el paso de los años, el cuero dejó de emplearse en la construcción más allá de revestimientos decorativos en algunas torres durante el renacimiento o en tiendas transportables en las campañas militares y los viajes. La industria del cuero artesanal se enfocó en el sector textil y de calzado, pero, con la revolución industrial, la fabricación de cuero comenzó a mecanizarse y se empezó a producir en masa, provocando una gran cantidad de material desperdiciado.

Recientemente, una investigación realizada por estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) con el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Económico del Distrito ha descubierto cómo aprovechar el material sobrante (unas 90 toneladas cada año). “Aunque hasta ahora los retazos de cuero se usan para hacer artículos pequeños, como manillas o monederos, estas prácticas todavía son muy incipientes, y no se aprovecha todo el material”, destaca Sergio Enrique Ramírez, ingeniero mecatrónico del Centro de Innovación Aplicada (CdIAp).

La investigación

El estudio establece que, si se muelen y compactan los restos de cuero, el derivado resultante sirve como un eficaz aislante térmico y acústico, muy similar a la madera triplex. La evaluación del análisis realizado por científicos con respecto al rendimiento del cuero como material aislante termoacústico determinó una reducción del ruido de media de unos 5 decibelios. Estos resultados son muy parecidos a los de las espumas que se utilizan en las salas de música.

Si bien el aprovechamiento del cuero como material aislante ya es una realidad, existen otros caminos para el reciclaje del componente; aunque aún están en fases preliminares del estudio. El más destacado en el sector de la construcción es el de los bloques similares a los ladrillos donde, uniendo el cuero con aglomerantes complementarios, podrían suponer un nuevo material hiperligero en láminas adecuado para edificar falsos techos. La senda hacia un sector de la construcción descarbonizado que abogue por el desarrollo sostenible debe apoyarse en este tipo de iniciativas, que, mediante el reciclaje y la reutilización, pueden convertir lo que era un desperdicio en un material sostenible para la construcción

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