Yeso artesanal: un material sostenible histórico
La gran mayoría de materiales que se utilizan en el sector de la construcción en la actualidad no son más que derivados o reformulaciones de otros que ya existían hace miles de años. La utilización natural de los componentes fue casi total hasta la llegada de la revolución industrial, que pervirtió a materiales como el yeso con nuevas fórmulas químicas que abarataban su creación, permitían hornadas de mayor tamaño y, en conclusión, hacían del yeso un componente mucho más competitivo. Hoy vamos a tratar el yeso desde su vertiente más natural y sostenible, volviendo a su esencia artesana.
Nacimiento e historia
La artesanía y los llamados oficios trajeron una nueva evolución a los materiales; hasta ese momento la madera, la piedra, y el barro era con lo que principalmente se trabajaba. Con las nuevas especializaciones se configuraron nuevos oficios, que dependían del material que hubiera en cada territorio: “aparece la cantería en Egipto, debido a la abundancia de piedra y la solicitud de un material duradero para construir tumbas. Y la albañilería en Mesopotamia, ante la falta de piedra y la abundancia de arcilla, con la que se pudo hacer adobes, ladrillos y piezas vidriadas”, expone Luis de Villanueva, Catedrático de Materiales de Construcción por la Universidad Politécnica de Madrid.
Y es en Mesopotamia, durante el neolítico, donde por la necesidad de unir las piezas y revestimientos en la albañilería, nace el yeso como un conglomerado perfecto para esa función. Se posicionó por delante de la arcilla porque esta precisa de cocción posterior para endurecer y convertirse en cerámica. Sin embargo, el yeso ha sufrido la cocción previamente y, una vez amasado, endurece por fraguado. “Así, cuando el hombre del neolítico alcanzó el nivel tecnológico necesario para dominar el fuego a bajas temperaturas, pudo sustituir por yeso los morteros de barro utilizados en los revestimientos de sus cabañas y en las juntas de sus primitivas fábricas de piedra”, explica De Villanueva.
Tipos y principales usos
Para empezar a desgranar los usos del yeso tradicional y artesanal debemos diferenciar los 3 tipos que existen:
- El yeso no transformado, que es aquel que se instala tal y como se extrae de la cantera, sin que sea sometido a ningún proceso de transformación fisicoquímica. Suele utilizarse para mampuestos, lajas, losas, ripios o para pavimentos y cerramientos.
- Yeso transformado: El yeso transformado es “aquel que tras sufrir un proceso de calcinación, molienda y cribado del material pétreo-base necesita el aporte de agua para su puesta en obra, o lo que es lo mismo debe rehidratarse, para poder ser utilizado, dando lugar a una pasta viscosa que fragua pasando de estado líquido a sólido, recuperando así el agua perdida durante la calcinación y volviendo a su composición original”, explica Vincenzina La Spina en su Estudio del yeso tradicional en España, Fase II, de la Universidad Politécnica de Cartagena. Los usos de este material transformado son: pinturas, pavimentos continuos, elementos encofrados in situ con función estructural o, entre otros, elementos encofrados prefabricados.
- El yeso reutilizado tiene dos variantes: el yesón o el bizcocho. El primero es aquel que recoge las piezas de yeso tal y como están y las utiliza para hacer contornos de chimeneas o, por ejemplo, tabicones. El segundo se refiere a cuando el material vuelve a ser transformado (cocido, calcinado, amasado, etc.) y comienza de nuevo su ciclo de vida.
Características y utilización actual
A pesar de que el yeso tradicional dejó de utilizarse en la mayoría de las obras arquitectónicas por sus variantes más económicas y contaminantes, en la actualidad, debido a que se valoran otras características, el yeso está volviendo en su formato original: el artesano. Además de sus características menos contaminantes, el yeso tiene un gran control higrotérmico de los ambientes, un bajo coeficiente de conductividad frente al fuego y es un gran aislante termoacústico.
Su complementariedad con otros materiales es total, al mismo tiempo que no contiene ningún peligro para la salud, por lo que no sería de extrañar un repunte de su demanda en tabiquería, prefabricados, modelaje, como aditivo regulador del cemento, etc. La nueva era de edificaciones, con materiales sostenibles para la construcción, puede hacer que los lugares, ya casi en extinción, que se dedicaban exclusivamente al yeso artesanal, se pongan de moda.