Urban Sequoia: cómo construir un edificio – árbol
La conferencia de Glasgow sobre cambio climático fue el escenario donde el estudio de arquitectura Skidmore, Owings & Merrill (SOM) presentó su proyecto estrella: Urban Sequoia. El escenario no podía ser mejor: todos los líderes mundiales trataban de remediar el calentamiento global y buscaban propuestas que pudieran servir para construir un futuro más sostenible. La idea de la que parte Urban Sequoia es la de una convivencia efectiva entre la edificación y la naturaleza, de forma que el inmueble, entre otras novedades, absorba más CO2 del que desprende.
Necesidades globales y materiales
El problema de la vivienda es un asunto global; el ritmo al que los seres humanos nos estamos desarrollando no es asumible para el planeta en términos de sostenibilidad. La predicción del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas revela que se necesitarán unos 230.000 millones de metros cuadrados de nueva construcción para 2060, lo que supondría la edificación del equivalente a un París a la semana. A estos datos debemos añadirles el hecho de que, aproximadamente, el 40% de las emisiones de carbono en Europa provienen del sector constructivo.
Como para el aumento poblacional no existe ningún remedio, los esfuerzos deben dirigirse a convertir la edificación en una industria sostenible. El primer paso es modificar el modelo desde los cimientos: que utilizar materiales sostenibles para la construcción sea lo normal y no una excepción.
Urban Sequoia intenta abarcar esta problemática con diferentes soluciones. Para empezar, el proyecto está diseñado con materiales reciclados, reutilizados y de fuentes responsables. Las apuestas más importantes son el cáñamo y la madera como elementos naturales; pero también impulsan apuestas novedosas como el bioladrillo y el biocemento. El estudio SOM calcula que, basar su Urban Sequoia en estos materiales, les permitirá ahorrar alrededor de un 50% en emisiones contaminantes derivadas de las obras. Es decir, Urban Sequoia estará siendo ecológica desde su nacimiento al optar por componentes sostenibles en lugar de los tradicionales hormigón y acero.
Edificio neutro en carbono
Una vez decididos los materiales, Urban Sequoia sigue ahorrando emisiones: “El poder de esta idea es lo alcanzable que es. Nuestra propuesta reúne nuevas ideas de diseño con soluciones basadas en la naturaleza; tecnologías de absorción de carbono emergentes y actuales integradas de formas nunca antes vista en el entorno construido”, explicó Yasemin Kologlu, director de SOM. Las cifras de los creadores de Urban Sequoia calculan que una vez terminada, la construcción podrá absorber hasta 1.000 toneladas de carbono por año, el equivalente a 48.500 árboles.
El ecosistema creado por Urban Sequoia se basa en una vegetación interior y exterior que, unida a los sistemas internos de utilización de algas y biomasa, completaría el ciclo del carbono en unos 60 años, por lo que absorbería hasta un 400% más de CO2 del que podría haber emitido durante la edificación. El desarrollo final llegaría cuando, a través de las mencionadas algas y la biomasa, el edificio podría proveer a los sistemas de refrigeración e incluso a los automóviles de sus residentes. El propio diseño de Urban Sequoia se convertiría en una fuente de energía renovable, ya no solo evitando contaminar su hábitat, sino ayudando a que todo a su alrededor se desarrollara mediante energías limpias.
Proyectos como Urban Sequoia parecen muy lejanos, pero en la actualidad ya existe la tecnología necesaria para llevarlos a cabo; solo hace falta determinación y promoción por parte de los gobiernos y la ciudadanía. Cuando este tipo de diseños dejen de ser una disrupción y se aplique definitivamente un enfoque sostenible a la construcción, podrían llegar a reducirse las emisiones del sector en un 95%.