La arquitectura mundial premia la multiculturalidad y el ecologismo
El premio Pritzker es considerado como el Nobel de la arquitectura, es decir, que corona al mejor prescriptor del mundo de las edificaciones. Este año el galardón se lo ha llevado Diébédo Francis Kéré, un arquitecto de Burkina Faso asentado en Alemania. A pesar de que sus grandes proyectos se ubican fuera del radar de los autores con más renombre, el jurado ha decidido concedérselo por su apuesta por una construcción ecológica y armónica con la naturaleza.
El premio
El proyectista burkinés es la primera persona de origen africana que se hace con este apreciado reconocimiento, una muestra de los cambios que está sufriendo la arquitectura mundial. Antaño, este galardón solo podía estar en manos de los grandes nombres del sector, pero las nuevas generaciones de prescriptores más multiculturales vienen pisando fuerte. Se terminó el que solo autores europeos u americanos se alcen con el premio Pritzker.
La mentalidad y los proyectos de Diébédo Francis Kéré no son de grandes ambiciones ni corte mesiánico, sino que están enfocados a una utilización colaborativa de las edificaciones. La prioridad de sus obras es optimizar los recursos para lograr aquello que la gente necesita con la menor financiación posible. Reconocer la labor de este tipo de arquitectos también es un vuelco importante en los criterios de selección del premio, que se sube a la ola de los nuevos tiempos.
Construcciones de Diébédo Francis Kéré
El jurado que ha evaluado su trayectoria ha valorado muy positivamente su apuesta por los materiales de cercanías para una mejor armonía entre edificio y naturaleza. Muchas de las obras de este arquitecto son de pequeño tamaño y de carácter civil como escuelas, huertos, pozos… En un colegio para niños en Burkina Faso, Diébédo Francis Kéré instaló un sistema pasivo de refrigeración que funciona por evaporación. Gracias a la instalación de una red de colectores low-tech en la tierra, se abastece de forma sostenible el centro estudiantil. Además, para contrarrestar la aridez del terreno se instalaron árboles alrededor del edificio que son regados mediante aguas pluviales. Todo el proyecto está diseñado mediante técnicas de economía circular, de forma que se aprovechan al máximo las características del hábitat.
Otro ejemplo de edificación sostenible es el Parque Nacional de Mali, Bamako, donde todos los edificios están revestidos de piedra natural de cercanías. Este material permite mantener la temperatura del interior al tiempo que ahorra en costes de transportes, ya que es suministro local. Teniendo en cuenta las elevadas temperaturas a las que el Parque Nacional está normalmente sometido, decidió instalar tejados voladizos. Este tipo de cubiertas otorgan sombra a los visitantes combatiendo el caluroso clima de Mali.
Nuevos proyectos
La construcción de mayores dimensiones de Diébédo Francis Kéré aún está en fases preliminares: se trata del parlamento de Benín, en Porto Novo. Es un cambio muy grande con respecto a las edificaciones que suele llevar a cabo, ya que no solo debe ser útil y ecológico, también representará la soberanía popular de todo un país, Benín, una gran responsabilidad. El tamaño descomunal de este proyecto puede coronar para siempre la carrera de Diébédo Francis Kéré.
Poder vivir en un planeta limpio y sostenible en el futuro debería ser la principal tarea de todos los sectores productivos. Que las nuevas tendencias estén protagonizadas cada vez más por prescriptores con una mentalidad ecofrienly significa que estamos avanzando. Si además este premio Pritzer se le otorga a una persona que representa la multiculturalidad y la armonía medioambiental, el éxito es para todos.