Construcciones orgánicas pioneras: la casa de la cascada

Publicado el 14 febrero 2022

La cohabitación de la arquitectura con la naturaleza parece verdaderamente una tendencia actual derivada del ecologismo y la sostenibilidad. Sin embargo, las construcciones que no se superponían al ecosistema, sino que convivían con él y aprovechaban su belleza, tienen precedentes que no debemos olvidar: la arquitectura orgánica. Esta filosofía constructiva se basa en la adaptación del ser humano al hábitat concibiendo la edificación junto a la naturaleza como un todo indisoluble.

La filosofía orgánica

El organicismo va más allá del puro diseño acorde con la naturaleza, ya que se propone utilizar la mayor cantidad de materiales reciclados o que hayan pasado por el menor proceso de fabricación posible. Esta cultura nació en la primera mitad del siglo XX bajo la mirada de los diseñadores escandinavos y estadounidenses. Nació como una evolución del racionalismo y el funcionalismo ya que siguen sus mismas teorías, pero aplicándolas en consonancia con el hábitat.

Esta corriente es un estilo artístico con unas bases muy abiertas, por lo que los autores que la siguen tienen obras muy variopintas y características. Algunos de los más famosos arquitectos que podemos incluir en esta subcultura son Antonio Gaudí, Gustav Stickley o Frank Lloyd Wright. Este último es probablemente el que tiene las construcciones más paradigmáticas de la arquitectura orgánica, en especial la casa de la cascada.

La casa de la cascada

La casa Kaufmann fue construida entre 1934 y 1936 y ha sido la base para gran parte de las edificaciones actuales en cuanto a sus valores sostenibles. Cuando la familia Kaufmann encargó a Lloyd Wright la construcción de su residencia vacacional le proporcionaron una extensión de terreno inmensa (600 hectáreas) con muchos potenciales terrenos ideales. Pero la intención del arquitecto era que pareciera que la nueva casa no se había construido, sino que había nacido de forma natural en ese lugar. Por ello seleccionó la cascada que se encontraba en el terreno, una ubicación que sorprendió y no gustó en demasía a sus mecenas, pero accedieron.

La nueva vivienda estaba construida a más de un kilómetro de altura, debajo de una cascada y con agua corriendo por toda la casa. Wright había cambiado de un plumazo la relación entre la arquitectura, la naturaleza y las personas. La armonía con el ecosistema era total, con acabados japoneses y una mentalidad abierta para todas las habitaciones. Tenía por un lado la residencia principal y por otro una edificación adyacente para huéspedes.

Referente pasado y futuro

Sin saberlo Frank Lloyd Wright había inventado el concepto de arquitectura orgánica con casi un siglo de anterioridad. La casa de la cascada hoy en día es patrimonio de la humanidad de la Unesco una visita referencial para todos aquellos que deseen construir en armonía con el ecosistema. Es la meca de la arquitectura sostenible. El único gran problema de la casa es que no se puede vivir en ella. Según cuentan sus propietarios, el goteo y transcurrir del agua en todas las habitaciones es inaguantable e impide dormir y vivir en condiciones aceptables. De esta forma, el proyecto de una residencia de vacaciones para una familia adinerada de Pensilvania se transformó en un hito de la arquitectura. En su momento esta obra fue incomprendida y criticada, pero en la actualidad se reivindica y homenajea como pionera y buena para el medio ambiente.

Las modas van y vienen y cada vez más nos parece que todo lo que es moderno se acaba de inventar. Sin embargo, no viene mal echar la vista atrás para valorar a esos visionarios que en muchas ocasiones han sido postergados y minusvalorados. En este caso, la casa de la cascada fue criticada pero sí le otorgó fama y reconocimiento mundial a su autor. La ecología sostenibilidad y economía circular aplicadas a la arquitectura no son algo únicamente propio de nuestros días, sino que hay precedentes muy relevantes a los que homenajear y en los que inspirarse.

Categorias relacionadas: Actualidad, Proyectos, Residencial
  • Sergio Echeverri dice:

    No estoy en absoluto de acuerdo con eso que es arquitectura sostenible el mismo artículo demuestra lo contrario al mostrar que no se puede habitar ni siquiera. No solo irrumpe sobre una cascada de una forma super agresiva, no solo esta diseñada para un parte muy limitada de la sociedad (en teoría) sino que también fue un garrafal error estructural que valió 75 veces más que la casa misma. En que parte muestran sus características sostenibles? sustentables? creo que hay un gran mito en esa idea de genialidad de ese diseño.

  • Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *