“Empresas con sentido”, una iniciativa de Biocorcho sostenible y solidaria
Hoy, de la mano de Alexandra Medina, responsable de Desarrollo Comercial de Biocorcho, os queremos dar a conocer una iniciativa que nos ha parecido encomiable. Se trata de un proyecto de acción social en Venezuela para ayudar cada mes a 300 personas vulnerables potenciando, entre otras muchas acciones, el reciclaje de tapones de corcho para financiar los envíos en barco de la ayuda humanitaria. Se trataría de confeccionar losetas de corcho destinadas al uso en suelo de almacenes, garajes y trasteros con el fin de aislar la humedad y limpiar el aire de ese espacio dada la capacidad de bioadsorción que tiene este material.
Desde este blog hemos destacado siempre las virtudes del corcho como material aislante, pero vamos a dejar que sea la propia Alexandra la que nos las cuente, junto con esta iniciativa de acción social:
“En mi empresa, utilizamos el corcho como único material para crear envolventes que mejoren la calidad de vida de las personas dentro de las casas, oficinas y fachadas de edificios con el fin de conseguir espacios saludables para sus habitantes y con mínimo impacto medioambiental.
Hasta hace pocos años no se le daba especial importancia a la eficiencia energética de los inmuebles y por tanto el gasto de energía, aún hoy, suele ser bastante alto en muchos lugares, provocando no pocas veces, situaciones de vulnerabilidad en hogares o como también se denomina “pobreza energética”.
Si tomamos en cuenta que el aire interior de los inmuebles suele estar más contaminado que el aire que se respira en la calle, es muy necesario utilizar materiales ecológicos porque lo que respiramos afecta directamente la salud. Utilizamos el corcho por ser un material 100% natural, renovable y por tanto su huella de carbono es baja. Un árbol tarda entre 9 y 14 años en crear otra corteza.
Entre sus beneficios destaca su capacidad aislante e impermeable, la flexibilidad y durabilidad. Tiene la cualidad de absorber más del 60% de las ondas sonoras que inciden en la superficie. Por otro lado, sus diferentes presentaciones (granulado para insuflar, en placas a partir de 3 cm y proyectado mezclado con resinas a base de agua) permiten su uso en suelos, paredes y techos, contribuyendo a la mejora del confort interior de los edificios.
El corcho es nuestro, mediterráneo. Ahora se está redescubriendo por sus cualidades como un material natural y por tanto inocuo para la salud humana. Además, y en la línea de una construcción sostenible es un claro ejemplo de economía circular.
Por otro lado, a medio plazo nos gustaría conseguir que, en el sector de la construcción destinado a los parques y rocódromos, dentro y fuera de las escuelas, se utilizaran suelos y losetas de corcho molido producto del reciclaje de los tapones de corcho. Ahora se suele utilizar el gránulo de caucho debido a su precio, lo cual no deja de parecernos una barbaridad sabiendo los efectos de los COV en la salud.
Es un tema bastante complejo porque, de momento, no hay una máquina de uso exclusivo para moler los tapones usados que sea accesible a pequeñas empresas. La buena noticia es que la Fundació Institut Català del Suro impulsa un nuevo proyecto denominado ALCORKE que posiblemente abrirá nuevas oportunidades para el reciclaje de este noble material.
Para comunicar el Proyecto de acción social con Venezuela, se ha creado la exposición: «Cuando materiales descartados se convierten en Ayuda Humanitaria para Venezuela: Efecto mariposa» ya que es necesario fomentar la conciencia ciudadana en torno a la importancia de darle una segunda vida a las medicinas, material escolar, pañales y tapones de corcho que acabarían probablemente incinerados, pero una vez recuperados y enviados en barco representan para muchas personas la única esperanza de vida. Toda la información sobre la obra se encuentra en Mimejoramigoes.org . Desde el 20 de enero hasta el 28 de febrero se llevarán a cabo visitas guiadas a grupos escolares”.
Sin duda, iniciativas como ésta no sólo hacen posible llevar los conceptos de construcción sostenible a otros países, sino que además le pueden proporcionar una mejor calidad de salubridad y habitabilidad en sus viviendas y, por tanto, mejorar su calidad de vida.
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