La vivienda canadiense construida a partir de 600.000 botellas de plástico recicladas
“Cada segundo se venden más de 16.000 botellas de plástico en todo el mundo y menos de la mitad se recogen para reciclarlas. La mayoría de los plásticos acaban en vertederos o en nuestro entorno, donde tardan cientos de años en descomponerse”. Estas son las palabras utilizadas por Joel German y David Saulnier, socios fundadores de la empresa JD Composites, para justificar el nacimiento de su proyecto.
El objetivo era abandonar la economía lineal, basada en la fórmula de “fabricar, usar y tirar”, para adoptar un modelo circular, construido en torno a la regla de “reducir, reutilizar y reciclar”. Para ello, fabricaron unos paneles SIP (Paneles Estructurales Aislados) a partir de botellas de plástico PET (tereftalato de polietileno) reciclado.
Una técnica de construcción innovadora
Los paneles SIP son sistemas de construcción de alto rendimiento utilizados en la edificación residencial y comercial ligera. En concreto, los patentados por German y Saulnier están construidos con un material de núcleo de espuma hecho de botellas de plástico 100% recicladas, unidas con laminados especializados.
El proceso de fabricación comienza con la trituración del plástico para formar pequeños pellets, que posteriormente se mezclan con gases y se calientan para crear una espuma expandida, similar a una crema de afeitar que, al enfriarse, forma paneles sólidos. Estos paneles, con un grosor de 15 cm, están recubiertos de fibra de vidrio y pintura UV resistente, características que los hacen inmunes al moho, la humedad y las termitas, problemas frecuentes en las construcciones tradicionales.
Botellas de plástico resistentes a huracanes
La aplicación de esta creación por primera vez dio como resultado una vivienda construida con más de 600.000 botellas de plástico recicladas en Meteghan River (Nueva Escocia, Canadá). Este proyecto arquitectónico ejemplifica cómo los desechos plásticos pueden convertirse en soluciones habitacionales novedosas y respetuosas con el medio ambiente.
El nuevo sistema presenta una elevada resistencia, lo que lo convierte en una opción viable para regiones propensas a condiciones climáticas extremas. Tras ser verificado en Mississauga (Ontario, Canadá) por la empresa internacional de pruebas, inspección y certificación Element Materials Technologies, demostró ser capaz de soportar vientos de hasta 524 km/h; es decir, el doble de la fuerza de un huracán de categoría 5.
La durabilidad de esta estructura también está garantizada, considerándose un material de célula cerrada. Su impermeabilidad y capacidad de absorción de la humedad evitan la degradación de sus propiedades estructurales y aislantes. De este modo, aunque la humedad llegue a su núcleo, los paneles mantendrán su funcionalidad y forma.
Tres semanas de fabricación y catorce horas de montaje
La integración de este sistema permite una reducción significativa de los costes energéticos de los edificios, ya que proporciona un mejor aislamiento que otros materiales de construcción tradicional, eliminando los puentes térmicos y disminuyendo las necesidades de calefacción y aire acondicionado. La libertad de diseño es otra de sus ventajas, ya que los paneles pueden fabricarse a medida y ‘juntarse’ en tamaños flexibles, favoreciendo la creatividad.
Los paneles SIP están unidos químicamente, por lo que se elimina la necesidad de entramado, aislamiento independiente y revestimiento. En el caso de la vivienda situada en Nueva Escocia, la estructura fue ensamblada rápidamente: las paredes principales se completaron en tan sólo siete horas, gracias a la facilidad de manejo de los paneles de espuma. En total, la fabricación se llevó a cabo en dos semanas y el montaje en tan sólo catorce horas. Este enfoque reduce los tiempos de construcción, disminuye los costes asociados y minimiza los residuos generados durante el proceso.
Más allá de este proyecto, German y Saulnier buscan transferir su tecnología a otras industrias. Procedentes del ámbito naval, ambos adaptaron técnicas de este sector para la construcción de viviendas, ideando una técnica arquitectónica innovadora. De este modo, su creación ofrece soluciones para hacer frente a la crisis ambiental, pero también aporta una solución replicable para lograr un futuro más sostenible.