La Comunidad Valenciana apuesta por la arquitectura sostenible
El plan Irta (Innovación e Investigación aplicada para la Transición Ecológica en la Arquitectura) es una iniciativa de la Comunidad Valenciana que busca promover la innovación como catalizador de una arquitectura más sostenible. Su primera edición fue en 2020 y este año acaban de conocerse las propuestas públicas y privadas a las que se les han concedido las ayudas. Todas ellas fomentan la incorporación de medidas ecofriendly, la innovación en las edificaciones, así como potenciar la agenda 2030, el Pacto Verde Europeo o el movimiento Nueva Bauhauss Europea.
Plan Irta
Desde su primera edición, el programa Irta financia iniciativas desde 3 enfoques diferentes, pero necesarios y complementarios, de la construcción sostenible:
- Subvenciones para redacción de proyectos arquitectónicos en los que prime la reciclabilidad, la utilización de materiales sostenibles para la construcción, medidas e innovaciones para el ahorro energético, etc.
- Subvenciones para la ejecución de obras: en esta categoría del programa se financia, a diferencia del anterior, no el diseño sino la culminación de proyectos de índole sostenible.
- Subvenciones a la investigación aplicada que fomente la incorporación de medidas sostenibles y potencie la innovación con una visión ecofriendly en el entorno constructivo.
La dotación presupuestaria del plan es de en torno a 1,4 millones de euros, y cualquier persona física o jurídica, así como de ámbito privado y público de la Comunidad Valenciana puede participar. En cuanto al margen de financiación, según recoge la legislación del plan “se subvencionará desde el 50 hasta el 100% del presupuesto de la actuación solicitada priorizando las iniciativas públicas que persigan el bienestar comunitario”.
Concesiones 2022
Entre los que este año han obtenido financiación en alguno de los programas destacan los que apuestan, por descubrir un nuevo material sostenible para la construcción, como las investigaciones de la Universidad Miguel Hernández de Elche, que están desarrollando un biomaterial de paja de arroz como elemento constructivo y paneles ecológicos realizados con residuos vegetales para su uso en elementos de construcción. En ambos casos, como en muchos otros, el Plan Irta va a financiar el 100% del estudio.
Además de la investigación, la mayoría de proyectos se enfocan en reformas, y rehabilitaciones de centros públicos para optimizar su rendimiento energético a través de la utilización de energías renovables, sobre todo eólica y fotovoltaica, o para adaptar el alumbrado y la iluminación pública a tecnologías más sostenibles como el LED. También tuvieron una gran demanda las solicitudes que buscaban construir o diseñar espacios con la técnica passivhauss, el estándar de construcción europeo para edificios con una alta eficiencia energética que no para de crecer.
Un plan con recorrido
A pesar de que el Plan Irta solo tiene tres años de vida, alguno de los proyectos que han financiado en ediciones anteriores han resultado exitosos, como es el caso del Proyecto Escolà del equipo Azalea de la UPV, que este 2022 obtuvo el premio al diseño más innovador en el Solar Decathlon Europe 2022, y que ya tratamos más profundamente en esta publicación. Es un claro ejemplo de las gratas potencialidades que tiene nuestro país en materia de Arquitectura Sostenible.
Que las administraciones públicas inicien este tipo de programas acordes con los Objetivos de Desarrollo Sostenible debería ser la normalidad, no una excepción que debamos destacar. Es cierto que este tipo de ayudas están en auge, y cada año aumentan en número, seguimiento y financiación, pero seguimos estando muy alejados de lo necesario para cambiar del todo y descarbonizar el sector de la construcción.