Cuatro ventajas de la domótica para conseguir una vivienda más eficiente
La integración de la tecnología en el diseño de viviendas, conocida como domótica, está transformando la forma en que interactuamos con nuestros hogares. Estos sistemas inteligentes, cada vez más extendidos en las viviendas, permiten el control remoto de dispositivos y electrodomésticos, de manera que podemos regular y optimizar su consumo, favoreciendo la eficiencia energética de la vivienda.
A continuación, presentamos cuatro soluciones tecnológicas con las que es posible reducir el consumo energético de los hogares, ahorrar agua y mejorar la calidad de vida de sus usuarios.
1. Climatización eficiente
Existen múltiples factores que influyen en las cargas térmicas de los edificios: la temperatura exterior, la radiación solar, la ventilación, la ocupación, la proliferación de aparatos electrónicos, el grado de iluminación… La climatización permite compensar estos factores para crear un ambiente cómodo para los usuarios, tanto en invierno como en verano.
El elevado consumo energético de los sistemas tradicionales de climatización ha promovido la búsqueda de nuevos métodos para regular la temperatura de las viviendas que reduzcan el gasto energético. Entre ellos, sistemas de aislamiento térmico ecológicos, la orientación de la vivienda para aprovechar la radiación solar en invierno y evitarla en verano, o la instalación de sistemas de climatización sostenibles como la geotermia, la energía solar, la biomasa o la aerotermia.
La incorporación de la domótica en el hogar es una excelente opción para reducir el consumo, ya que ofrecen un alto grado de personalización y monitorización de su uso para ajustarlo a las necesidades de los inquilinos. Por ejemplo, en épocas de elevadas temperaturas, es posible automatizar los ventiladores de la vivienda para que funcionen en los momentos de menor ocupación, extrayendo el aire del interior e introduciendo el del exterior. De este modo, la masa térmica del edificio se enfría, proporcionando confort y reduciendo el uso de los climatizadores.
La recuperación de calor es otro de los sistemas que permite regular la temperatura en la vivienda con un bajo consumo energético. La instalación de dispositivos recuperadores de calor automáticos permite que el calor del aire expulsado precaliente el aire de ventilación en invierno o que enfríe el aire que entra para la ventilación en verano.
2. Ventilación controlada
Otra alternativa para regular la temperatura de las estancias del hogar son las ventanas automatizadas, que permiten tener un mayor control sobre los momentos del día en los que ventilamos. Mediante temporizadores o dispositivos electrónicos a distancia, los inquilinos pueden programar y controlar las horas del día en que ventanas y persianas permanecen abiertas o cerradas, aprovechando la luz solar y protegiendo además la vivienda ante inclemencias climáticas.
La ventilación controlada influye directamente en la reducción del uso de sistemas de calefacción y aire acondicionado. El control de toldos y persianas eléctricas, ya sea programando funciones para que se repitan periódicamente o por el usuario de forma manual mediante un mando a distancia, posibilita la protección contra el viento y el sol. De este modo, gracias al funcionamiento de los sensores, también se regula la iluminación y temperatura de la vivienda.
3. Control de ocupación
Los sensores de ocupación son dispositivos electrónicos que detectan la presencia de personas en una estancia gracias a la medición de diversas variables. Los más comunes son los sensores de movimiento, que funcionan mediante tecnología infrarroja o ultrasónica; los sensores de calor, que detectan variaciones en la temperatura ambiente de una habitación causados por la presencia humana; y los sensores de luz, que analizan la ocupación de una habitación para adaptar la iluminación.
Su instalación en los hogares permite hacer un uso más eficiente de la energía al activar o desactivar automáticamente dispositivos electrónicos según la presencia o ausencia de personas. Además, resultan de gran comodidad para los usuarios, que pueden despreocuparse de realizar estas tareas.
La domótica permite adaptar por control remoto el encendido y apagado de las lámparas en función de la luz solar que reciba la vivienda o las personas que estén en su interior en un determinado momento. Incluso existen ventanas inteligentes que permiten regular la cantidad de luz que atraviesa el cristal. Esto se consigue mediante un interruptor que, en un corto espacio de tiempo, transforma la superficie de la ventana en opaca o transparente.
4. Ahorro de agua
La adopción de soluciones para evitar el desperdicio de agua es uno de los principios básicos de la arquitectura sostenible. Una de ellas es la optimización de la red de fontanería, mediante la instalación en la vivienda de dispositivos de ahorro como aireadores en grifos y duchas o cisternas de doble descarga.
La recirculación del agua caliente sanitaria, el uso de sensores de humedad para programar el riego de jardines o la reutilización de aguas tratadas son otros mecanismos que se pueden poner en práctica para evitar malgastar los recursos hídricos. Otra opción popular es la regeneración de aguas grises, procedentes del lavabo y la ducha, que por su baja contaminación requieren un tratamiento más sencillo, para usos como la recarga de la cisterna del cuarto de baño o el riego.
La tecnología es una gran aliada a la hora de buscar soluciones que permitan construir viviendas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Su incorporación permite aprovechar mejor los recursos naturales, reducir el consumo doméstico de energía y agua y diseñar hogares inteligentes enfocados en el bienestar de las personas.