Dos Passivhaus en Zahara de los Atunes (Cádiz) que ponen a prueba el particular clima mediterráneo
El municipio gaditano de Zahara de los Atunes cuenta con dos nuevas casas sostenibles certificadas con el estándar Passivhaus. Se trata de las dos casas ecológicas localizadas más al sur de Europa hasta el momento. De esta forma, los estándares Passivhaus son probados con las características especiales de este territorio: clima mediterráneo oceánico, temperaturas suaves, precipitaciones poco abundantes y alta humedad.
Adaptarse al clima mediterráneo de altas temperaturas y humedad era el reto de este proyecto, que contó con la participación de Albe, una de las pocas empresas de la provincia de Cádiz que ha obtenido el título Certified Passive House Tradesperson. Este sello de calidad internacional los acredita como expertos vinculados con la ejecución e instalación de carpintería de altas prestaciones.
El estudio de arquitectura encargado de su diseño fue Estudio de Arquitectura EG, que ha planteado dos viviendas unifamiliares con un elevado confort interior. manteniendo un consumo energético muy bajo.
Beneficios Passivhaus
El concepto Passivhaus fue creado en Alemania en 1988 para denominar a las construcciones de consumo energético casi nulo. Estas casas pasivas pueden llegar a costar un 10 o 15 % más que una vivienda convencional, pero el ahorro energético de hasta un 80 %, las convierte en una buena inversión recuperable a diez años.
El estándar Passivhaus cuenta con unos principios claros: debe tratarse de una vivienda bien aislada, hermética y ventilada, para lo que debe contar con sistemas de ventilación mecánica controlada. De forma que, introducen aire limpio en la vivienda y expulsan el aire contaminado, expulsando el calor y ventilando la casa sin enfriarla.
Condiciones del entorno
A la hora de proyectar estas dos viviendas, se tuvieron en cuenta las condiciones climatológicas y la localización. Se buscó preservar las vistas al mar de los espacios habitables y la protección de los vientos dominantes, poniente y levante, cálido y turbulento. Todo esto en función de los estándares Passivhaus para su ventilación, captando las corrientes de aire de poniente, disipando el calor del interior de la casa. La baja compacidad (relación entre el volumen encerrado por la envolvente térmica del edificio o parte del mismo, y la suma de las superficies de intercambio térmico de dicha envolvente) es otra característica de estas viviendas, que ha permitido generar sombras, reduciendo la demanda energética en verano y posibilitando disipar el calor hacia el exterior.
Además, otra de las características más destacadas de estas viviendas es que una parte de las aguas pluviales se recogen, decantan y se utilizan posteriormente para el riego.
Los casi 700 metros cuadrados de vivienda se distribuyen en planta sótano, planta baja y primera planta. El equipamiento de la edificación cuenta con garaje, gimnasio y spa en el sótano, que comienza descubierto con una rampa para vehículos. Cuenta además con un trastero y cuarto de lavandería. La planta baja se distribuye de forma abierta, a modo de loft, incorporando los espacios exteriores a los interiores. En la planta primera se encuentran los dormitorios, cuatro en total. Tres de ellos con terraza propia y vistas al mar.
Cuestiones tan importantes como la accesibilidad, la orientación, excelente aislamiento térmico, ventanas y puertas de altas prestaciones, ausencia de puentes térmicos y hermeticidad, hacen de estas edificaciones pasivas un excelente lugar donde vivir de forma sostenible.
Un ejemplo más de cómo la sostenibilidad y la comodidad forman una excelente combinación, y caracterizan estas dos casas pasivas, que ya son parte de un entorno único y del increíble paisaje de Zahara de los Atunes, marcando un hito en la arquitectura gaditana