Las fibras de caña de azúcar como alternativa al ladrillo en la construcción

Publicado el 26 agosto 2024

La caña de azúcar es el mayor cultivo del mundo por volumen de producción, con 1.900 millones de toneladas anuales en 2022. El uso del bagazo para desarrollar nuevos materiales de construcción, capaces de retener el carbono secuestrado en las fibras, puede ayudar a las empresas productoras de caña de azúcar a compensar el impacto ambiental negativo del cultivo.

Esta es la conclusión de una investigación desarrollada por la Universidad de East London (UEL). En palabras de Armor Gutierrez Rivas, profesor titular de Arquitectura de la universidad, “utilizando un producto a base de biorresiduos, podríamos sustituir la industria tradicional del ladrillo, lo que supondría un ahorro potencial de 1.080 millones de toneladas de CO2, el 3% de la producción mundial”.

Un ladrillo de caña de azúcar

Sugarcrete es el resultado de un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de East London. Este material bajo en carbono combina fibras de caña de azúcar sobrantes de la producción azucarera con aglutinantes minerales y arena. La huella de carbono del elemento obtenido es seis veces menor que la de los ladrillos fabricados tradicionalmente.

Fuente: Universidad de East London (UEL).

Esta alternativa a los ladrillos y bloques de hormigón forma parte de un proyecto de mayor alcance, que tiene como objetivo desarrollar componentes para la construcción bajos en carbono a partir de biorresiduos. Esta solución permitirá almacenar carbono biogénico de plantas de crecimiento rápido en materiales de construcción como parte de una estrategia para ralentizar las emisiones de carbono.

Los investigadores encargados del desarrollo de este material afirman que el crecimiento de la caña de azúcar proporciona uno de los medios de conversión de CO2 en biomasa más rápidos que existen, hasta 50 veces más eficiente que la silvicultura.

Aislamiento termoacústico

Este nuevo material, desarrollado en el laboratorio del Instituto de Investigación sobre Sostenibilidad (SRI), el centro de excelencia para la investigación y el desarrollo medioambientales de la Universidad de East London, presenta propiedades mecánicas, acústicas y térmicas de alta calidad. Esto lo convierte en un material idóneo para la fabricación de paneles aislantes.

Además, ha superado con éxito pruebas de resistencia al fuego, resistencia a la compresión, conductividad térmica y durabilidad. Sus múltiples propiedades lo convierten en un recurso útil para la construcción de bloques ligeros, bloques de carga y forjados estructurales.

Fuente: Universidad de East London (UEL).

Un material de libre acceso

La investigación de la universidad británica pretende beneficiar a los fabricantes locales del sur global, donde los materiales de construcción suelen ser importados, de bajo rendimiento ecológico y con un alto coste económico. El resultado del estudio muestra nuevas formas de fabricar materiales a partir de residuos orgánicos de forma asequible, al suprimir los costes asociados al transporte, y con una huella de carbono prácticamente nula.

Por este motivo, los creadores de este material sostenible afirman que no está patentado, ya que su deseo es que sea un recurso de libre acceso. El objetivo es establecer sinergias para crear nuevos materiales de construcción basados en subproductos agrícolas, generando así un beneficio en aquellos lugares donde se cultiva la caña de azúcar.

Contribución a la economía circular

A finales de 2023, este material desarrollado a partir de fibras de caña de azúcar recibió un prestigioso premio medioambiental en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), cundo fue seleccionado ganador de los premios Climate Positive en la sección de economía circular.

Además, desde su creación, ha logrado otros muchos reconocimientos, como el Built by Nature Prize (2024), el EU Worth Partnership (2024), el UEL Public and Community Engagement Student Awards (2023) o el Edie Innovation of the Year (2023), entre otros.

La investigación colaborativa aplicada al campo de la arquitectura genera valor para las comunidades. Es una forma de ofrecer soluciones de construcción viables, sostenibles y seguras, a partir de los recursos naturales disponibles, para mejorar el bienestar de las personas.

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