Edificio I+D+i: un espacio sostenible en el Campus de la Universidad de Valladolid en Soria para emprender e innovar
A la hora de plantear una nueva edificación o reformar una ya existente, cada vez son más las instituciones públicas y privadas que deciden tener en cuenta criterios sostenibles. La necesidad de ser respetuosos con el medio ambiente en un contexto con retos como la lucha contra el cambio climático, el proceso de descarbonización a nivel global y la reducción de emisiones de efecto invernadero, entre otros, es algo que ha calado en la ciudadanía y, en consecuencia, tiene su reflejo en las decisiones de las administraciones.
Son múltiples las formas en las que lograr construir edificios de una forma más sostenible. En primer lugar, hay que tener en cuenta que la construcción y operación de edificios son responsables de una parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2). Diseñando edificios bajo criterios sostenibles, se puede reducir su huella de carbono utilizando energías renovables, mejorando la eficiencia energética y promoviendo prácticas de construcción más limpias.
Por otro lado, la elección de materiales de construcción adecuados y una buena ventilación contribuyen a mantener una buena calidad del aire interior, lo que es esencial para la salud de los ocupantes y del planeta. Además, los edificios sostenibles tienden a ser más eficientes energéticamente y, bien diseñados y construidos, están mejor preparados para enfrentarse a eventos meteorológicos extremos y a cambios en el clima, lo que los hace más seguros y menos vulnerables.
Un buen aislamiento térmico en paredes, techos y ventanas; implementar tecnologías de ahorro de agua, como sistemas de recogida de agua de lluvia y dispositivos de bajo consumo; establecer un sistema de gestión de residuos que fomente el reciclaje y la reutilización; y utilizar materiales de construcción de bajo impacto ambiental, entre otros, son otras formas de lograr edificaciones sostenibles.
En este artículo os presentamos el Edificio I+D+i del Campus de la Universidad de Valladolid, un proyecto que ha sabido aplicar de forma excelente los parámetros de la arquitectura sostenible para conseguir unas instalaciones respetuosas con el medio ambiente.
Un edificio innovador para albergar ideas innovadoras
Los beneficios de optar por modelos de construcción sostenibles son diversos. En el ámbito de la arquitectura sostenible, para seguir dando pasos hacia que se materialicen en materiales y procesos más respetuosos con el medio ambiente, es vital continuar innovando y buscando nuevas soluciones. Esto, en consecuencia, impulsa la innovación en tecnologías, materiales y técnicas constructivas, generando oportunidades para el desarrollo de nuevas industrias y la creación de empleo.
En este sentido, el Edificio I+D+i del Campus de la Universidad de Valladolid, situado en Soria, es un lugar que ha sido concebido desde la innovación y para albergar a estudiantes y proyectos que fomenten el emprendimiento y los procesos innovadores. Inaugurado en el año 2021, este edificio buscaba desde su inicio ser un ejemplo de alta eficacia energética con el menor impacto ambiental posible.
El edificio se construyó en un espacio situado junto al borde norte colindante con el campo de fútbol de los Pajaritos, sobre una ladera con un desnivel de aproximadamente 10 metros, que se ha aprovechado para la ubicación semienterrada del edificio, lo que favorece su interacción con el terreno.
La Universidad de Valladolid buscó con esta infraestructura en el campus de Soria tener un edificio polivalente para actividades de I+D+i y formación especializada, adaptada a los actuales modelos de educación, investigación y transferencia de conocimiento del Espacio Europeo de Investigación (EEI) y de Educación Superior (EEES). Al mismo tiempo, la UVa compaginó el objetivo de tener un espacio óptimo para el estudio y la investigación con la búsqueda de una alta eficacia energética, ya que el edificio es de consumo de energía casi nulo.
Dos de los niveles del edificio, talleres y laboratorios, se han construido contra la ladera para aprovechar que el emplazamiento dispone de dos plataformas naturales. Así, se reduce la demanda de energía para estos espacios, permitiendo poner en práctica una estrategia de acondicionamiento pasivo en el edificio mediante la acumulación de energía en los muros de contención y en el terreno. La ladera puede considerarse como un importante reservorio o acumulador de temperatura.
El Edificio I+D+i supuso aumentar hasta los 18.000 metros cuadrados las instalaciones del Campus de Soria, facilitando espacios para investigación, docencia especializada y, sobre todo, para las relaciones con empresas que permitan mejorar la empleabilidad y el emprendimiento en la provincia. La inversión total ascendió a 4.600.000 de euros, y estuvo cofinanciada por la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León.
Eficiencia energética certificada
A nivel energético, uno de los puntos fuertes del Edificio I+D+i es el citado almacenamiento de energía por sistemas pasivos, que fue la técnica elegida tras realizar un estudio de las condiciones climáticas y solares. El almacenamiento energético aprovechando la masa térmica de los muros de contención y el terreno permite la creación inteligente de eficiencia energética distribuida, modificando el patrón de consumo de energía del edificio al desacoplar la demanda y la producción. Como resultado, se reducen la inversión y los costes de operación de las instalaciones para la producción de frío o calor, su transmisión y la distribución.
Además, el aumento del rendimiento de las superficies vidriadas y el equipamiento más eficiente con técnicas de recuperación del calor, junto con la utilización sistemática de fuentes de energía renovable locales, completan la estrategia sostenible del Edificio I+D+i. Las certificaciones LEED y VERDEGBC obtenidas son la consecuencia de este trabajo en pro de un edificio sostenible y de consumo casi nulo de energía.
Con esta nueva construcción, la Universidad de Valladolid refuerza su compromiso con la sostenibilidad, que ya había demostrado con el planteamiento del edificio LUCIA (Lanzadera Universitaria de Centros de Investigación Aplicada), considerado uno de los más sostenibles de Europa con multitud de premios y certificaciones, al que ya hemos dedicado un artículo. La arquitectura sostenible ofrece soluciones para edificaciones destinadas a usos muy diversos y siempre es una buena noticia que instituciones educativas se sumen a esta tendencia. Además, la apuesta de las administraciones públicas por este tipo de proyectos es vital, puesto que ejercen un efecto tractor en sus entornos y conciencian a la sociedad.