Tres alojamientos en España para disfrutar de unas vacaciones de verano sostenibles
Con el inicio del verano, el turismo afronta su época de mayor actividad. Este sector impulsa la economía local, pero también tiene influencia sobre el medio ambiente y las comunidades locales. Por lo tanto, es imprescindible implementar estrategias que promuevan un desarrollo social equilibrado.
En este sentido, el turismo sostenible es una opción que ha ganado popularidad en los últimos años para reducir nuestra huella ambiental, reconectar con la naturaleza y mitigar los efectos negativos del turismo convencional.
Como hemos hecho en otras ocasiones, queremos compartir algunos alojamientos turísticos en España en los que poder disfrutar de las vacaciones de verano sin perder de vista la sostenibilidad.
Mas del Bot, un hostal rural de paja y tierra
Situado en Valderrobres, un pueblo medieval de la provincia aragonesa de Teruel, Mas del Bot ofrece a sus huéspedes la posibilidad de dormir entre balas de paja, olivos y almendros. El hostal ha sido diseñado siguiendo una filosofía ecológica, basada en el respeto por el medio ambiente, para crear un espacio natural y saludable.
Todas las habitaciones han sido construidas con balas de paja de la zona que se soporta con madera certificada por el Consejo de Administración Forestal sin el uso de pegamento químico. Las balas de paja garantizan el aislamiento natural de las estancias del hostal durante todo el año.
El tejado se compone de tierra. La gran inercia térmica de este material permite mantener una temperatura estable en el interior del edificio durante todo el año, sin necesidad de usar aire acondicionado en verano. Además, este alojamiento cuenta con un sistema de geotermia que aprovecha las propiedades térmicas del subsuelo para calentar o refrigerar el hostal de forma eficiente.
El revoque del edificio es una mezcla de barro, arena y paja. Toda la pintura utilizada en el hostal se ha elaborado con productos naturales, evitando el uso de químicos. Para pintar los muros exteriores, se ha utilizado una mezcla de cal, aceite de linaza y clara de huevo.
Mas Pelegri, un hotel ‘fuera de la red’
El hotel Mas Pelegri (Girona), situado en una zona rural con vistas al Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, nace tras la remodelación de una casa de peregrinos. Muchos de sus visitantes se sorprenden al saber que está ‘fuera de la red’. Este alojamiento no está conectado a los sistemas municipales de electricidad, agua y alcantarillado. Por el contrario, controlan y regulan su consumo de agua y energía, así como también los residuos que producen.
El sol es una fuente de energía clave en el diseño de este hotel. La orientación de sus suites permite proteger las ventanas del sol en verano y calentar las habitaciones en invierno. El hotel también cuenta con una instalación de paneles fotovoltaicos y con una cubierta solar para la piscina, que calienta el agua y minimiza la evaporación, para asegurar una temperatura agradable durante la mayor parte del año.
Durante la rehabilitación del edificio, se conservaron todos los árboles de la zona, la mayoría de hoja caduca, y se plantaron especies nuevas con bajas necesidades de riego, para dar sombra al hotel y reducir el consumo de agua. Además, en el hotel Mas Pelegri tratan de utilizar comida de temporada y productos de km0. De igual manera, apoyan la economía local, no solo con la compra de comida, sino también con el resto de los servicios que ofrecen.
Refugio Marnes, un impulso al turismo de proximidad
Esta casa rural, ubicada en el interior de la provincia de Alicante, a los pies de la sierra de Bernia y Ferrer, en la zona norte de la Costa Blanca, ofrece a sus huéspedes la posibilidad de disfrutar de un turismo sostenible y de proximidad, reduciendo así su huella personal de CO2. Desde el Refugio Marnes buscan promover un enfoque ecológico de las vacaciones, descubriendo lugares cercanos y prescindiendo de medios de transporte con una elevada huella de carbono, como el avión.
El Refugio Marnes es autónomo en materia de energía y de agua. El alojamiento cuenta con cuatro edificios independientes que reciben energía a través de un sistema solar de alta tecnología. También cuenta con un sistema de agua potable y una planta de purificación de agua propia, que reutiliza el agua de los dos edificios más grandes. Además, están restaurando sus antiguos depósitos subterráneos para recolectar la mayor cantidad posible de agua de lluvia.
La finca de 20 hectáreas de tierra agrícola que rodea la casa rural, donde antes había una antigua granja, unos establos y una cabaña, cuenta con decenas de árboles mediterráneos, como algarrobos, olivos y almendros. La rehabilitación de las instalaciones se realizó respetando la geografía propia de la zona, situado en el centro de un valle organizado en base a ‘terrazas’, paredes de piedra seca natural que funcionan como una barrera para el suelo y datan de la era fenicia.